Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George
Deberemos forzosamente de hacer un esfuerzo mayúsculo para ajustarnos a cumplir con las cláusulas del Tratado comercial que firmamos con Estados Unidos y con Canadá, si no estaríamos relegados a sufrir en carne propia en nuestros sectores exportadores. Lo que deberá reflejarse en el decrecimiento del empleo.
Sin embargo, para México, las noticias no son nada alentadoras. Como usted sabe, el banco mundial J.P. Morgan anunció que se retira de nuestro país, derivando las operaciones menores en el funcionamiento del BBVA con los clientes que queden en el panorama.
Por si lo anterior fuera poco, las empresas extranjeras que han invertido en México la gigantesca cantidad de doscientos mil millones de dólares, se dicen engañadas porque les cambiaron las reglas sobre las condiciones originales de producir energía eléctrica renovable, y ahora están dispuestas a acudir a los tribunales y Cortes del exterior para reclamar las indemnizaciones correspondientes. Tienen las de ganar.
Si los apagones recientes en el territorio nacional habían significado un perjuicio económico superior al provocado por la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, imagínese usted esta nueva andanada, una sangría al erario por cantidades que ni imaginamos. No tenemos para pagar las indemnizaciones correspondientes.
Un cálculo aproximado de las pérdidas que arrojaría esta situación que nos llegará inexorable, de sopetón, equivale a pérdidas multimillonarias en dólares, que según los más avezados analistas de la economía mexicana, correspondería a un decrecimiento de espanto.
Aseguran que si durante los años 2019 y 2020, el decrecimiento del producto nacional bruto apuntó hacia el menos diez por ciento, lo que en sí es un golpe seco a los bolsillos y al empleo, nadie puede asegurar que podamos resistir un decrecimiento del menos veinte por ciento, que hacia allá apuntan los recientes acontecimientos.
Un decrecimiento del menos veinte por ciento del producto nacional bruto no hay quien lo aguante.