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- Fiesta en Honor de Cuauhtémoc, que hoy se Registra Como Diputade LGTBIQ+
El estado de Morelos se quedó sin gobernador 10 horas, en 2012 y 2018. El 1 de octubre de ambos años, cayó en día que ni las gallinas ponen. Hasta en juramentar la Constitución —e incumplirla sistémica y sistemáticamente— fueron gemelos Graco Ramírez y Cuauhtémoc Blanco.
De las 24:00 horas del 30 de septiembre a las 10:00 horas del 1 de octubre de 2012 y de 2018, en la geografía morelense no se registró ni un solo acto de violencia. La furia de las balas empezaría, aparentemente contrario a la lógica, tan pronto tomaron posesión del cargo Graco Ramírez y Cuauhtémoc Blanco.
Esas 10 largas horas sin jefe del poder público fueron lo mejor que las familias de Morelos pudieron haber disfrutado de los mandatarios que llegaron al cargo gracias a una de las peores formas del abusivo reparto del poder en el sistema político mexicano: te bañas, me salpicas.
Ni siquiera para iniciar sus períodos respetaron ambos la ley. Permanecer despiertos a deshoras, ni que fueran vampiros. Ambos serían virreyes de una ínsula pequeña, la segunda del país, con apenas el uno por ciento de la lista nominal electoral, de gran atractivo por su vocación turística y porque ha sido caja chica de miles de millones de pesos cada año. Virreyes, y mirreyes sus familiares.
Como Lauro Ortega el sábado 17 de abril de 1982 —«Vamos a barrer la basura física y moral que nos lastima y avergüenza»—, Margarita González-Saravia protestará el cargo a las 00:01 del domingo 1 de octubre venidero, junto cuando debe iniciar constitucionalmente su período de gobierno, no 10 horas después.
Juramentará la Constitución González-Saravia en Gándara sin número ante el pleno de la Legislatura 56. Enviará un mensaje al pueblo de Morelos y se trasladará a Plaza de Armas para instruir que las puertas de Palacio de Gobierno se abran y permanezcan así, tras 30 años cerradas con Jorge Carrillo, Sergio Estrada, Marco Adame, Graco Ramírez y Cuauhtémoc Blanco.
Los 72 meses de cada sexenio —«Los sexenios no se cuentan por años, sino por meses», dice Antonio Riva-Palacio [†]—, de la docena trágica Graco-Cuauhtémoc —más otros 18 Carrillo-Estrada-Adame—, unidos por el mismo cordón umbilical político, fueron de ausencias y lejanías, de extralimitaciones y patrimonialismos, de abandono del deber.
letraschiquitas
Van a extrañar a Cuauhtémoc Blanco en el Desayuno de Seguridad de cada jueves —café y pan dulce, enchiladas y frijoles de Zacualpan—, porque hoy acude a San Lázaro a registrarse como Diputade LGTBIQ+ para la obtención de su charola, pero sí estará y puntual en el besamanos de Casa Morelos, donde familiares, colaboradores y amigos ofrecerán, obviamente con cargo al erario, una fiesta en su honor para despedirlo del cargo y de Morelos, al fin. Los invitados deben llegar no con las manos vacías, es decir, con un regalito que sea inolvidable, como mandan los cánones, dejando el teléfono más inteligente que ellos en la entrada, para que no haya pruebas de quién llora.