Ricardo Del Muro / Austral
Chiapas sigue siendo una tierra rica de gente pobre, señala el título del conocido libro de Thomas Benjamín, que se publicó en México en 1995, un año después de que estalló la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
La respuesta gubernamental fue incrementar las Aportaciones Federales que hoy representan más del 50% de los ingresos del gobierno chiapaneco, desde que el gobierno zedillista creó en 1998 el Ramo 33; y a partir de la reforma foxista a la Constitución de 2001 se reconocieron los derechos y las culturas indígenas.
Pablo Salazar al tomar posesión del gobierno estatal en el 2000, prometió que iba a “fomentar la producción para erradicar la pobreza”; Juan Sabines Guerrero también dijo que iba a “erradicar la pobreza extrema de manera efectiva” y el Güero Velasco habló de “mantener a Chiapas en el camino de la lucha frontal contra la pobreza”.
Finalmente, durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador y el gobierno de Rutilio Escandón, se logró que, gracias al aumento del gasto social, entre 2018 y 2022, Chiapas sea la entidad que mostró mayor reducción en el indicador de pobreza extrema (de 30.6% a 29%, según datos de Coneval), pero, desgraciadamente, sigue como el estado más pobre del país y ahora enfrenta nuevos problemas como la migración y la inseguridad.
Además de que hasta la fecha, no se han definido los sectores (agropecuario, turismo, energético o cualquier otro) que logren impulsar el desarrollo de la entidad.
De cara a la sucesión gubernamental de 2024, los grandes problemas de Chiapas vuelven a ponerse en la mesa del debate y las propuestas, en lo que se ha llamado los “Diálogos por la Transformación de Chiapas”, servirán de base para el programa de gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar, candidato de Morena al gobierno estatal.
Estos foros, explicó su coordinador Juan Carlos Gómez Aranda, se hacen “para tomarle el pulso a la sociedad y actualizar los diagnósticos”, pero fundamentalmente escuchar las propuestas de los ciudadanos que demandan soluciones a sus problemas.
Durante la campaña de Jorge de la Vega en 1976, fueron seis los temas de los foros, recordó Gómez Aranda, pero actualmente se han identificado 24 temas que se discutirán 30 foros regionales; se calcula que se llevarán a cabo 120 mesas de discusión en las que se recibirán alrededor de 2 mil propuestas.
En base a las propuestas se hará un documento preliminar que se llamará “Las voces de Chiapas” que se entregará a Eduardo Ramírez para que esos planteamientos se puedan convertir, posteriormente, en políticas públicas y que reciban un respaldo presupuestal.
Durante la mesa de análisis con Amet Samayoa Arce, director general del diario Ultimátum, y los analistas políticos José Molina Farro, Juan Carlos Cal y Mayor, Ricardo Del Muro, Alejandro Moguel y Amado Ríos Valdés, Gómez Aranda sostuvo que “los chiapanecos queremos proyectos, acción y resultados” del futuro gobierno, porque Chiapas ya no admite la visión de un solo hombre, requiere de las propuestas de todos.
En 1958, el entonces gobernador Samuel León Brindis decía que Chiapas no requería de proyectos ni de imaginación ni de grandes programas. Que lo que se requería era invertir en comunicaciones, en hospitales y en escuelas. Y decía que en ese orden, porque si no hay la carretera, pues no se puede tener la presencia del magisterio y de los médicos.
Hasta la fecha, 65 años después, Chiapas sigue necesitando carreteras, como la de San Cristóbal a Palenque, un proyecto que no ha podido realizarse desde hace varios sexenios; requiere hospitales y escuelas.
En el foro de Salud, por ejemplo, se recibieron 187 propuestas para mejorar el sistema estatal de salud, donde se planteó un nuevo andamiaje legal, fomentar la investigación, la participación comunitaria, mayor financiamiento, acceso equitativo a medicamentos y servicios de salud, entre muchos otros.
Al paso del tiempo, evidentemente, han surgido nuevas necesidades relacionadas con la creación de empleos, los proyectos turísticos y agroindustriales, la preservación de las culturas indígenas, además de la conservación de las selvas y ríos, además de la seguridad que ha originado la migración forzada de muchas comunidades.
La paradoja que actualmente vive Chiapas es que está llegando más dinero, no sólo a través de Aportaciones Federales, sino por las remesas, que el año pasado llegaron a 4 mil 367 millones de dólares, convirtiendo a la entidad en la principal receptora de divisas, pero esto también significa que muchos chiapanecos han tenido que emigrar en la búsqueda de mejores condiciones de vida.