Redacción MX Político.- Desde el sábado 14, cada noche el silencio de las calles y avenidas semidesiertas de Madrid se rompe con el estruendo de los aplausos y los silbidos desde las ventanas, balcones y terrazas de los edificios; la gente lanza gritos de “¡Bravo!” o “¡Viva la sanidad pública!”. Es el pueblo confinado en sus domicilios que rinde homenaje colectivo a los trabajadores de la salud que se enfrentan a una terrible pandemia.
Trabajadores de salud reaccionan cuando las personas aplauden desde sus casas en apoyo del personal médico que está trabajando en el brote del Covid-19 en el hospital de la Universidad Jiménez Díaz en Madrid, España. Foto: AP Manu Fernández
En París, mientras tanto, al presidente Emmanuel Macron le faltan superlativos para celebrar el heroísmo de todo el personal médico de los hospitales públicos de Francia, que está en primera línea de la lucha contra el covid-19, “ese enemigo invisible, escurridizo y que va ganando terreno”, según las palabras del mandatario galo.
Y la emergencia sanitaria despertó en la población italiana un sentir de agradecimiento hacia médicos, enfermeros y personal sanitario, pero también hizo recordar los recortes que el sistema público de sanidad ha sufrido en los últimos 10 años.
El sistema sanitario público de Italia se ve desbordado ante la crisis del coronavirus, lo que llevó a las autoridades italianas a tomar decisiones extremas, como la habilitación inmediata de unos 10 mil estudiantes licenciados en medicina, que no pasaron por los obligatorios periodos de práctica antes de ejercer la profesión, reportó Apro.
Recortes al mejor sistema
El sistema sanitario español fue considerado el mejor de Europa por el índice de Bloomberg de 2018; ahora, al enfrentar al coronavirus, van quedando al descubierto los efectos de la precariedad provocada por la crisis de 2008, los continuos recortes presupuestales y una gestión de los gobiernos del Partido Popular (PP) con su desmedida ansia privatizadora.
La sanidad fue uno de los sectores españoles en los que más se cebó la crisis. Muchos médicos salieron a protestar desde principios de este siglo, con sus batas de trabajo, formando una “marea blanca” que, sin embargo, no pudo evitar que al final del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se diera un recorte de 8.2% en gasto sanitario… o que en ésta y en la administración de Mariano Rajoy las asignaciones para servicios de salud a las comunidades autónomas se redujeran hasta 53% entre 2008 y 2015, según un estudio de Intermón Oxfam.
En Francia todos los médicos tienen en mente la batalla que libraron durante 11 meses –del 18 de marzo de 2019 al pasado 14 de febrero– para exigirle a Macron; al primer ministro, Edouard Philippe; y a la entonces ministra de Salud, Agnes Buzyn, una reforma a fondo del sistema hospitalario público de Francia, para evitar su colapso total.
Durante casi un año, encabezados por los médicos de urgencias, multiplicaron acciones de protesta para denunciar las condiciones en las que debían ejercer su profesión, resultado de dos décadas de políticas neoliberales de drásticos recortes presupuestarios.
Y en Italia: el zumbido de las máquinas y de los respiradores. Centenares de pacientes de distintos géneros y edades, tumbados en camillas y amontonados en los pasillos, algunos intubados y con respiración asistida. Enfermeros y médicos exhaustos, con trajes protectores. Las morgues saturadas, ya sin espacio para los cadáveres. Los camiones del ejército se llevan los cuerpos, pues no hay lugar en los cementerios. Escenas así podían verse la semana pasada en varios hospitales de Lombardía, la región italiana que es epicentro de la pandemia de covid-19.
jvg