La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Después del intercambio de regalos quedó claro: todo lo que estorbe será bateado
México es un país de tránsito para inmigrantes de todo el mundo que buscan llegar a los Estados Unidos, desde luego, los viajeros no cuentan con visa para ingresar al vecino país.
En este sentido, el gobierno de Donald Trump impulsa una política xenófoba, que culpa de los problemas de su nación a los trabajadores migratorios, particularmente a los latinos.
Esta idea supremacista, es uno de los pilares de la propaganda trumpista, precisamente, la construcción de un muro en su frontera sur, fue una de las ideas fuerza de su primera campaña, pero ahí no paraba todo, sino que afirmaba que México pagaría la tapia.
Por lo que toca al presidente López Obrador, las presiones de Trump lo obligaron a soslayar la tradicional política de asilo y convirtió a la flamante Guardia Nacional en una barrera, casi infranqueable, para hondureños y salvadoreños…sobre todo.
El gesto ha sido reconocido por el magnate estadounidense, que habla de una relación cercana como nunca antes la hubo.
No obstante, en su estadía en Washington, un grupo de mexicanos pidió al tabasqueño que apoyara una reforma migratoria que les permita permanecer en el ‘sueño americano’.
La respuesta llegó más tarde por parte de la vocera de la Casa Blanca: la migración se discutió brevemente en la reunión entre ambos presidentes. Servidos compatriotas.