Desde que aparecieron, en 1969, los ameritados estudios que Lewis A. Coser editó como Men of Ideas, libro en el que se discutía el papel de los intelectuales y el poder, en México se empezó a tomar conciencia del papel fundamental que desarrollaban estos personajes, cercanos a los círculos de decisión, por medio de sus consejos, orientaciones y vivencias.
Los intelectuales han sido promotores de grandes movimientos, rebeliones, revoluciones o mínimo modas del comportamiento social. Pero, como somos aquí, se codiciaba el título de intelectual para vivir sin trabajar, posando con los de a deveras, pegando con la zurda y cobrando en todos lados con la diestra.
Con una palmada o un saludo de Octavio Paz, era suficiente para ser considerado como intelectual. Si Daniel Cosío Villegas era el elegido, las asesorías eran más caras. En un tiempo, fue suficiente ser invitado a una carta de abajofirmantes. Para acceder, bastaba una llamada o un saludo de Carlos Payán o de Pepe Woldenberg. Un café con Monsiváis era pase seguro. Una mención en público de Carlos Fuentes, y directo y sin escalas al banquete de Petronio. Publicar un artículo con los orgánicos de Nexos o de Vuelta, y ya, ¡a otra cosa mariposa!, con casa en el bucólico y caro barrio de San Ángel.
Llevar apellido compuesto heredado de los dos de papi (Reyes Heroles, Silva Herzog, et al) y las becas al extranjero llovían del cielo… que los beneficiarios surcaban en aviones oficiales.
Hoy los mecenas han bajado de peso y categoría. Hoy basta con aparecer en Foro TV balbuceando dos o tres ideas ajenas para entrar a esa exclusiva y engañosa lista de intelectuales apantalla pen… dencieros. ¡Cómo hemos caído! La nuestra es una intelectualidad pulquera.
Los intelectuales de hoy son más falsos que un billete de a dos pesos. No sirven para nada –tampoco los de antes–, pero ante la ingenuidad rampante, ahora son quienes se reparten los contratos de campos petroleros y de concesiones eléctricas, eso sí, sin aportar una sola idea, al menos para que quienes deciden sepan ¡dónde está su región glútea!
Lo peor es que hoy se erigen, al lado de Martita la de Vicente Fox, en defensores de Mamá Rosa.
¡Qué nivel! ¿O no?
EL OPERATIVO FUE EXCESIVO
Aunque sí hay que consignar que, en este como en otros casos, los mexicanos no ganamos para tantos errores y zarandajas que el gobierno federal quiere hacernos creer. Son actos en los que se usa toda la fuerza del Estado para puro despropósito y ridículo.
Las reacciones europeas de perplejidad e indignación por el magno operativo del Ejército y la Policía Federal para tomar la casa de Mamá Rosa rayan en la compasión hacia nuestro sufrido pueblo. La multitud de efectivos, helicópteros y línea de mando, superaba, por mucho, a la que usaron los gringos para cazar a Osama Bin Laden.
Los cientos de elementos armados hasta los dientes para detener a dos o tres pederastas y a tres o cuatro desviadas, no justifican de ningún modo los errores en los que ha caído el “gobierno” para incoar acciones contra delincuentes más peligrosos que se han burlado del aparato coercitivo de la justicia.
En las calles se habla de un paripé más grosero que el del “michoacanazo”. En los órganos ministeriales no hay gente que tenga carrera ministerial. Igualito que en la SHCP no hay funcionarios que tengan carrera hacendaria…. y así en todos los renglones de actividad política y pública.
Es excesivo, dicen, ¡hasta burlarse de sus osos!
OTRA MÁS DE “EL REY SOL”
Del debate energético, sin duda, una de las intervenciones más comentadas –y celebradas por lo bajito, por aquello de “no te entumas”– entre los políticos de todos los partidos fue la del perredista Alejandro Encinas quien comparó a EPN con Luis XIV, llamado “El Rey Sol” porque, entre otras cosas, en sus amplios dominios jamás se ocultaba la estrella de nuestro sistema planetario.
“Igual que el Rey Sol, Peña Nieto se asume como el Estado: el Estado soy yo, el gobierno soy yo, el dueño de las empresas del Estado soy yo, quien dispone de la renta petrolera soy yo, quien dispone del patrimonio de todos los mexicanos soy yo”, señaló el senador perredista.
¡Cuánta razón!
Va como ejemplo la segunda posposición en línea del arranque de la Gendarmería Nacional.
La semana anterior –dijo un diario de la órbita gubernamental– no se anunciaría su puesta en marcha que dizque para no competir publicitariamente con la clausura del Campeonato Mundial de Futbol.
El mismo diario dio el día 16 la razón de una segunda posposición: “en el gobierno federal prácticamente dan por hecho que el próximo domingo no iniciará operaciones la nueva unidad de la Policía Federal, pues ese día cumple años el presidenteEnrique Peña Nieto.”
El inquilino de Los Pinos apagó las velitas del pastel, mientras en muchos hogares se encendieron cirios para velar a sus muertos por la violencia delincuencial que sigue in crescendo.
¿Felicidades?
Índice Flamígero: Ese boletín de prensa salido del GDF en el sentido de tramitar ante los poderes federales Legislativo y Ejecutivo que atiendan las peticiones de los manifestantes del Consejo Agrario Permanente, del Barzón y de la CCI –que durarán tres días en las calles de la Ciudad de México– huele a todo, menos a un acto de gobierno que se respete. Suena a petición de un empleado a su superior. Suena también a angustia de un protectorado frente al gobierno colonial. Suena a incompetencia, a desafane, a “¡mejor ya vámonos!”. Suena a “gobierno local y federal “barcos”. ¿Suena a ineptitud de la Sagarpa o de la Sedatu?