Es cierto que para muchos capitalinos, las manifestaciones de los maestros de la Secretaría de Educación Pública (SEP), agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), han sido no sólo una molestia, sino también han provocado hasta pérdidas económicas. Pero quien crea que esto es momentáneo y no tendrá repercusiones futuras, de verdad no entiende que todo se trata del llamado timming político.
La presencia y amago de los profesores quienes ya demostraron su fuerza al modificar aún momentáneamente la agenda legislativa y provocado incluso el cambio en varios escenarios futuros en la capital del país, se acrecentad ante la debilidad de las instituciones.
Para Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal (DF), los mentores manifestantes en la capital, podrían convertirse en uno de sus tantos desaciertos en su carrera política y más cuando él calcula llevarla incluso hasta los confines de la Presidencia de México.
A Mancera en realidad no le importa la política asistencialista aún de ayuda a corto plazo; a él lo que le interesa es servirse de la misma para su proyecto publicitario, para lo cual parceliza toda la asistencia con decenas de “programitas” con la finalidad de cosechar aplausos permanentes como si fuera el gran Midas. Su verdadero proyecto el cual cree lo catapultará a las verdaderas grandes ligas de la política, es la reforma política del DF.
Sin embargo, la semana anterior Mancera demostró que el tener al interior de la demarcación que gobierna la presencia física de los tres Poderes de la Unión frente a los grandes retos y demandas nacionales, le hacen depender enormemente del Ejecutivo nacional.
Las manifestaciones capitalinas de los maestros, no sólo ponen en jaque el proyecto peñista, también claro, el de Miguel Ángel Mancera, al grado de que muchos nos preguntamos con quiénes están los amarres políticos del jefe de Gobierno del DF.
Es sorprendente como cada sexenio, la política nacional se entorpece por cuestiones históricas que nadie puede resolver, quizá porque piensen que se generan de un día para otro y así mismo pueden disolverse.
No sólo Peña Nieto tiene que resolver la estadía de los maestros en la capital, Mancera es el gobernante de la misma, con todo y que vocifere que tiene “las manos amarradas”.
Acta Divina…Miguel Ángel Mancera, jefe del Gobierno del DF, ya ha pedido apoyo al Congreso nacional para que lo apoyen en su reforma política local, pero cuando éstos solicitan su ayuda, hace una especie de mutis o lavado de manos.
Para advertir… Por si alguien dudaba que Estados Unidos se sigue manejando como la Policía del mundo.
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