Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
El valor de las 15 trasnacionales armamentistas principales del orbe, de las cuales nueve forman parte del complejo militar industrial estadunidense, y que cotizan en los mercados bursátiles, se disparó en la primera semana de la invasión de Rusia a Ucrania en alrededor de 81 500 millones de dólares, de acuerdo a datos de mercado de las diferentes compañías, citados por Braulio Carbajal.
Ya se imaginará usted cómo marcha el extraordinario negocio privado de las armas en Estados Unidos y otras latitudes al empezar la cuarta semana de la Operación Especial Militar de Rusia en Ucrania, como la llama el gobierno del abogado, militar, diplomático y político Vladimir Putin.
Al cierre de la jornada del 23 de febrero, un día antes del estallido del conflicto, las trasnacionales de y para la guerra tenían un valor conjunto de 804 mil millones de dólares. Y al término de la sesión del 2 de marzo se ubicó en 885 mil 881 millones de dólares, es decir, un incremento de 10%.
Los 82 000 millones de dólares equivalen a un billón 696 mil millones de pesos, cifra similar a lo que gastó el gobierno de la Cuarta Transformación para cubrir las pensiones (un billón 48 000 millones de pesos) e inversión física (653 000 millones de pesos) en 2020. De ese tamaño fue el avance bursátil de los amos y señores de la guerra que en el caso estadunidense tienen peso e influencia extraordinarios, como lo muestra el que los mismos despachan en la dirección de los consorcios lo hacen antes o después en el Pentágono y el Departamento de Estado.
Lo anterior podría explicar el discurso guerrerista de Joseph Biden, mientras los representantes de los gobiernos de Moscú y Kiev realizan esfuerzos para acordar un alto al fuego por la vía del diálogo y la negociación, y donde los avances se perciben con claridad a pesar del gigantesco aparato propagandístico occidental que casi todo lo reduce, como con Ronald Reagan (1981-89), al “imperio del bien” y el “imperio del mal”, visión que no convence ni a los de casa, pero en México predomina incluso en medios del SPR (ojo Jenaro Villamil), con la digna excepción de Capital 21.
Baste ver al errático y cansado Joseph Robinette Biden Jr., como promotor de la guerra, ofreciendo a Volodymir Zelensky –vestido de camiseta verde olivo y siempre en espacios cerrados–, “cientos de sistemas (misiles) antiaéreos, miles de armas anti-tanque, 7 000 armas de fuego, 20 millones de municiones y cientos de drones”. Es parte del nuevo paquete de asistencia militar con el que la Casa Blanca duplicó, a un total de 2 mil millones de dólares, lo que había otorgado en asistencia militar a Ucrania durante el último año. El Congreso aprobó y Biden promulgó en ley 13.6 mil millones para asistencia “militar y humanitaria” para Ucrania.
Con ese formidable apoyo a Ucrania, Zelensky se tiró al piso durante el discurso pronunciado vía video ante una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos, comparando lo que sucede a diario en su país con Pearl Harbor y el 11 de septiembre de 2001, invocó el nombre de Martin Luther King y su histórico “Yo tengo un sueño”, y que para Zelensky es “Yo tengo una necesidad”. Y juró a Biden: “Deseo que sea el líder del mundo”.
Con tales desfiguros las élites políticas y castrenses de Europa Occidental (Unión Europea y Alianza del Tratado del Atlántico Norte) y Estados Unidos no ocultan su gran incapacidad para evitar la invasión rusa al imponer al Kremlin un humillante desplazamiento de la UE y la OTAN hacia los países de Europa Oriental.
Acuse de recibo
“Muchas gracias, estimado Eduardo. La posición de (Joseph) Biden es, sin duda, demencial. Lo peor es que en su locura no está solo. Lo escoltan personajes siniestros como Victoria J. Nuland, subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos (lobista de importantes consorcios militares) y el magnate George Soros, quien recientemente declaró que solo deponiendo a (Vladimir) Putin y Xi (Jinping) se evitará la ‘destrucción de nuestra civilización’. Ambos, por cierto, jugaron un papel fundamental para imponer al actual gobernante ucraniano, conociendo su ultraderechismo y fobia a Rusia. Saludos cordiales”. El comentario es de Jesús José Bautista Pérez http://www.forumenlinea.com/index.php/utopias/2296-utopia-2528-rusia-ucrania-que-viene-el-coco-16-iii-22 (…) En tanto que el periodista Moisés Edwin Barreda apunta: “Mi estimado Ibarra: Amador Narcia olvida que en México se dio carpetazo al asunto de los empleados de Televisa detenidos, procesados y encarcelados en (Managua) Nicaragua por llevar efectivo y droga en camionetas propiedad de Televisa, y a él lo citaban como uno de sus jefes. Estoy seguro de que la sociedad aplaudiría que se exija la extradición de esos sujetos y el asunto se siga en el país. Por cierto, me gustaría ver que la nueva asociada a la oligarquía, la (Carmen) Aristegui retomara ese asunto, al que tanto vuelo le dio cuando simulaba ser periodista de una sola pieza”.
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