HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
El PRI, o que queda del nonagenario partido que gobernó a México durante 70 años seguidos, que perdió dos elecciones presidenciales, una en el 2000 y la otra en el 2006, frente a su eterno rival el PAN; qué regresó a la Presidencia de la República en el 2012, pero que volvió a perder en el 2018, frente a Morena, elegirá a su nueva dirigencia el primero de septiembre del presente año.
Para encabezar al Comité Ejecutivo Nacional del partido que fundó Plutarco Elías Calles en 1929, se han apuntado cuatro personajes de de ninguna manera llenan el perfil de la renovación que requiere ese partido para regresar a los primeros planos de la política nacional. Hoy el partido es una caricatura de lo que fue en el siglo pasado y en su resurgimiento cuando la banda del Estado de México se apoderó de su dirigencia.
Todos los aspirantes a la dirigencia nacional del tricolor pertenecen a una generación rebasada por las exigencias de los nuevos votantes que lo identifican con corrupción. José Narro Robles, ex –rector de la Universidad, una hombre de la Tercera edad sin ninguna participación política, ni mucho menos en competencia para cargos de elección popular; Ulises Ruíz ex –gobernador de Oaxaca con un pasado truculento; Ivonne Ortega, ex gobernadora de Yucatán, que juega a la negociación como lo hizo en la elección del candidato el año pasado y Alejandro Moreno, gobernador de Campeche, el más joven de los cuatro, pero con las mismas mañas o lo que le sigue, son los cuatro aspirantes con más posibilidades de encabezar al partido que se úbica en la cuarta fuerza política nacional.
Los priistas le apuestan al desencanto de la población con el gobierno de la 4ª Transformación, tal como lo hicieron con el panismo que gobernó 12 años entre el 2000 y el 2012, pero no toman en cuenta que estos son otros tiempos y que por aquellos días supieron vender bien su papel de segunda fuerza en el escenario político nacional. Hoy como oposición no representan nada, ni en las cámaras ni a nivel de cancha como dirían en el futbol.
Ciertamente hay desencanto de un sector de la población en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, son parte de grupos que se han visto afectados con las decisiones del tabasqueño, que les ha quitado privilegios que mantuvieron durante decenas de años. Los del PRI no toman en cuenta que una parte muy importante de la ciudadanía aplaude las medidas como la cancelación de las pensiones a los ex –presidentes, la desaparición del Estado Mayor Presidencial, la pensión para adultos mayores y las becas a los jóvenes. Es cierto en estos cinco meses no han visto avances en materia de seguridad, ni en el desarrollo económico, cuyo deterioro es el resultado del cochinero que dejó la administración de Enrique Peña Nieto.
La diferencia de su regreso en el 2012, con la pretensión de regresar en el 2024, es abismal, mientras que en aquellos días, los gobernadores mantuvieron su lealtad al partido y sus coordinaciones en las cámaras se comportaron como una verdadera oposición, ahora los mandatarios estatales emanados de ese partido no desaprovechan la oportunidad para lanzar loas o arrastrarse ante Presidente López Obrador, como lo hizo el domingo pasado Alejandro Murat y lo han hecho otros, como Quirino Ordaz, Héctor Astudillo y Alejandro “Alito” Moreno.
El PRI está más muerto que un jugador de dominó al que le ahorcan la mula de seises, ¿no cree usted?
*****
¿Sabrá el nuevo jefe de la policía capitalina, que sus muchachitos siguen cobrando una cuota a los llamados viene, viene que manejan los espacios de estacionamiento de autos en las calles como de su propiedad? “Comprenda ´Jefe´ que yo tengo que darle a la patrulla” suelen decir a los automovilistas estas personas.
circuitocerrado@hotmail.com