* De nueva cuenta, los habitantes de Pachuca y del Estado, atestiguan el retorno de las violentas movilizaciones de los alumnos de El Mexe; pero ahora, las autoridades del Estado no están cediendo a los chantajes de antaño de quiénes las promueven y que les han permitido a sus seudolíderes gozar de diversas plazas de docentes y altos sueldos, situación que seguramente ignora la comunidad estudiantil a la siguen utilizando como instrumento y carne
de cañón para sus fines personales
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez
Especial de Expediente Ultra
Podemos apostar a ojos cerrados y doble contra sencillo, que los estudiantes del Mexe ignoran los jugosos sueldos y aviadurías que cobran los responsables de azuzarlos y utilizarlos como carne de cañón.
En el modus operandi para ser los beneficiarios de las vandálicas y violentas movilizaciones, han participado como perversos operadores tanto los rectores en turno como alcaldes del municipio de San Salvador, tal es el caso de Armando Azpeitia, quienes junto con familiares cercanos han gozado de altos sueldos, hipotecando el futuro académico de los alumnos que los han apoyado bajo engaños ideológicos y promesas de falsas reivindicaciones escolares.
Azpeitia, egresado de esa casa de estudios, es un claro ejemplo de la forma en que se desenvuelven estos chantajistas profesionales bajo el amparo de la supuesta defensa de la educación pública en las Normales Rurales, no solo de Hidalgo sino del país.
Un punto en común donde convergen todos ellos, son sus ligas sindicales con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), organización de aparente izquierda que no ha dudado en retar a las autoridades educativas de la 4T, a nivel federal, pese a que el gobierno de AMLO ha revertido la mal llamada Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto.
Lo suyo no es la verdadera búsqueda de un modelo educativo contrario al del neoliberalismo, sino la eterna confrontación como forma de acceder a canonjías de sus dirigentes. Lea con atención:
El pasado jueves 21 los estudiantes de El Mexe volvieron a hacer acto de presencia en Pachuca, capital del Estado, donde sus habitantes no olvidan la larga historia de destrozos y agresiones, una de las últimas registrada a unos días de las elecciones intermedias del 2021, cuando el edil de San Salvador desvío recursos presupuestales para pagar camiones donde se transportaron estudiantes e indígenas del poblado de Xuchitlán, para sitiar la Plaza Juárez enfrentándose con elementos policiales en su afán por ingresar al Palacio de Gobierno.
El asunto terminó con varios heridos de gravedad, y el alcalde logró su cometido de exhibir políticamente al entonces gobierno en turno al haber engañado a los estudiantes y abusado de un justo reclamo no atendido curiosamente por su administración, al grupo indígena.
Como dice el conocido apotegma: de que la perra es brava, hasta los de casa muerde. Y en tal sentido, el presidente municipal de San Salvador, que llegó al poder bajo las siglas de Morena, se ajusta a la perfección. El 18 de septiembre del 2023, apenas a un año de haber asumido el cargo el gobernador Julio Menchaca, la mano negra de Azpeitia volvió a hacerse presente, ahora buscando presionar –léase chantajear–, a un miembro de su propio partido.
El estilo vandálico que los hidalguenses conocen al dedillo como el secuestro de autobuses, cierre de carreteras o avenidas, revivió en la Bella Airosa, excusándose ahora en la exigencia de la construcción de un internado.
¿Por qué decimos que detrás de la nueva ola de chantajes y vandalismo se ocultaba nuevamente el alcalde y ex alumno de El Mexe? Porque entre los más que líderes, agitadores, aparecieron los nombres de Ariel González y Roberto Azpeitia Hernández, éste último nada menos que hijo del edil de San Salvador. Ambos fueron ubicados por diversos alumnos como los cabecillas del Consejo Estudiantil.
La respuesta de la actual administración y del titular de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH), fue puntual: el proyecto peticionado está en marcha y depende en buena medida de los recursos del gobierno federal en su carácter de Normal Rural.
Por supuesto que esto no era lo que los promotores esperaban, y al quedarse con un palmo de narices, han vuelto a las andadas intentado acciones más radicales para presionar –chantejear–, a un gobierno estatal emanado de su propio partido. Y era de esperarse que ocurriera una acción como la sucedida el pasado 21 de junio, cuando de nueva cuenta los engañados estudiantes secuestraron cuatro autobuses, bloquearon diversas avenidas y causaron daños de consideración a las instalaciones de la SEPH.
Pero vayamos a las razones monetarias que mueven a estos agitadores profesionales: como señalamos, uno de los líderes visibles de las movilizaciones en El Mexe, es Luis Roberto Azpeitia Hernández, hijo del alcalde morenista de San Salvador, pero que no crean los alumnos que este personaje actúa gratuitamente como adalid de la educación rural. ¡Qué va¡
Documentos analizados por Expediente Ultra señalan que Luis Roberto cuenta con dos plazas como docente: una de educación básica No 078613E233100.013037, con adscripción en Tizayuca y por la que cobra trimestralmente 47 mil 117 pesos con 53 centavos; pero además, tiene otra plaza de educación superior con el número 078619 E700700.0020050, ubicada en la Norma Rural Luis Villarreal, percibiendo otros 17 mil 136 pesos con 16 centavos, trimestralmente.
Esto le permite tener ingresos, sin sudar ni acongojarse, por 21 mil 417 pesos al mes, pero, ojo, cabe preguntarse cómo es que puede cubrir simultáneamente sus dos plazas cuando ambas están a no menos de tres horas de distancia.
Pero no solo el alcalde San Salvador y ex alumno de El Mexe tiene intereses personales en las manipuladas movilizaciones. Sucede que es el propio rector, Armando Quintanar Trejo tiene mucho que explicar a la manipulada comunidad estudiantil, como también a la sociedad hidalguense a la que tanto daño empieza a causar con sus agresivas protestas.
Otro de los principales cabecillas de los movimientos de El Mexe, es nada menos que Eusebio Quintanar Trejo, hermano del rector, Armando Quintanar Trejo. Esta persona cuenta con la plaza docente básica No 078612E022100.0131288 con clave centro de trabajo 13DPR2343J, cobrando nada menos que un sueldo trimestral de 279 mil 530 pesos con 98 centavos.
Esto le reporta ingresos mensuales por 93 mil 176 pesos. Un sueldo casi igual al del presidente de la República. Su centro de adscripción se denomina Emiliano Zapata, en el municipio de Huichapan.
Y vaya que la empresa del chantaje político deja, porque también con una jugosa plaza aparece el otro hermano del rector de El Mexe. Valentín Quintanar Trejo tiene una plaza de docente de educación básica No 071312E028100.0135157, también en el centro de trabajo de Emiliano Zapata, con un sueldo trimestral de 174 mil 829 pesos con 74 centavos. Lo que le reporta un sueldo mensual de 58 mil 176 pesos.
Incluso, el rector de la normal del Mexe, Armando Quintanar Trejo cuenta con la plaza 078612E028100.0132833 de docente de educación básica con un jugoso sueldo que haciende a más de 200 mil pesos trimestrales.
Por supuesto que aparte de estos salarios difícilmente percibidos por los maestros de a pie, los beneficiados con las agitaciones estudiantiles de El Mexe, también cobran otras prestaciones como préstamos o aguinaldos, entre otras muchas.
Se entiende ahora el por qué las manos negras de quiénes incitan a los estudiantes a causar paros, bloqueos y destrozos a oficinas públicas, están seriamente molestas y preocupadas al no conseguir el objetivo de sus chantajes.
Como lo hemos comentado, la educación pública les importa un rábano. Su modus vivendi, realmente delincuencial, nada tiene que ver con la superación académica del alumnado.