Iniciativa de ley que pretende eliminar el fuero constitucional contra actos de corrupción y deshonestidad del titular del Ejecutivo, podría esconder afanes de revancha política.
Redacción MX Político.- Una iniciativa de reforma al artículo 108 de la Constitución Política de los Esatdos Unidos Mexicanos y a la Ley General de Responsabilidades, se canalizó a finales de octubre, mediante la que en lo sucesivo, el Presidente de la República podrá ser sujeto de la pretensión punitiva del estado, por delitos electorales y por todos los contemplados por el Código Penal Federal, como cualquier ciudadano.
Esto, ciertamente tendrá efectos mediáticos; aunque su eventual aplicación podría desencadenar escenarios revanchistas en un momento político de la historia nacional, que, como el que vivimos, la mínima provocación es propicia para el ataque y la reivindicación entre partidos y causas. Mucha efervescencia y pocos intereses comunes, se atienden en la actual agenda política nacional. Y uchos riesgos de “vendettas políticas”.
La reforma para desaparecer el llamado “fuero constitucional”que significa indiscutiblemente una apertura democrática, estuvo pendiente de aprobarse desde el pasado mes de noviembre. El dictamen no se aprobó, quedó pendiente, pero fue hasta el pasado 28 de octubre en que finalmente procedió.
Esta reforma será la pauta a seguir, seguramente, para enderezar también acciones “reivindicatorias” contra figuras políticas o adminstrativas contrarias al gobierno de la 4T.
Todos los delitos contemplados en el artículo 19 constitucional y consecuentemente en el catálogo típico que se desprende del Código Penal Federal, también aplicará para el Primer Magistrado de la Nación.
No obstante, la reforma entraña el riesgo de una campaña de desagaravio político, a través de ese órgano implacablemnett autónomo que pretende ser la Fiscalía General de la República (FGR) encabezada por Alejandro Gertz Manero.
Son tiemos de pleito, de profunda polarización, cuya tendencia al parecer va a la alza de aquí al período electoral, en 2021.
El gobierno de López Obrador y sus simpatizants y correligionarios muestan un talante obstinado e hicieron planes para repetir por lo menos un período gubernamental más al frente de la administración pública.
¿Qué mejor instrumento que la propia legalidad, pura y dura, para lesionar a los enemigos de la 4 T?….Al final, la ley “a secas”.
Un gran riesgo para la armonía social.
Sí se pueden fabricar delitos y prevaricar con las reoluciones judiciales y ministeriales; por suspuesto que sí.
La urgencia de restaurar el equilibrio democrático
La borrachera democrática y su júbilo posterior ya pasaron. Casi un año después, debemos empezar a “recoger las varas” del festejo y, consecuentemente, a hacer una especie de recuento de los efectos. Una resaca justiificada y justificable. Pero que definitivamente hay que asumirla y superarla. Hay que levatarse, bañarse y tomar café.
Nos está haciendo falta una oposición real; que sea tangible. Un contrapeso politico en las cámaras y en los partidos. Que sea bueno…o malo; ...pero que sea;…no existe. La sociedad mexicana está indefensa. No hay una sóla voz que recoja y represente con dignidad y contundencia la inconformidad nacional y la réplica legítima al actual gobiero y a sus decisiones cuando son erráticas.
López Obrador y su partido poseen un tercio del inventario electoral del país y de su preferencia. No son mayoría por sí solos. Y buen parte de se arsenal de simpatías y preferencias, les fue concedido por el descontento generalizado a lo hecho específicamente por el PRI y el gobierno que emanó de ese instituto en la administración 2012-2018.
Cuando el general Carlos Gaytán Ochoa, ex subsecretario de la defensa en la administración 2006-2012, pronunció un puntual discurso donde retrata plásticamente la naturaleza de las deciones pol´ticas y administrativas del gobierno de la autoproclamada “cuarta transformación”, ltuvo inmediata e irritada respuesta del Presidente de la República; habría dado en el clavo. Exactamente eso es lo que prevaleece:
Dijo Gaytán Ochoa que “la sociedad está polarizada políticamente porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se basa en corrientes pretendidamente de izquierda que acumularon durante años gran resentimiento”(…) “que los frágiles contrapesos existentes han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo que propicia decisiones estratégicas que no han convencido a todos…”.
Exactamente eso es lo que prevalece. Hay resentimiento social acumulado en el presidente y en un cuerpo de asesores cercanos -que no entre todos los miembros del gabinete-, imperceptibles para la opinión pública y que forman parte de la “conciencia política” del ya no tan nuevo presidente mexicano.
Casi un año de acciones y razones, que muestran permanentes afanes de polarización, revanchismo y “cacería de brujas”, no sólo en el discurso, sino en las acciones concretas de gobierno.
Un gabinete donde las principales decisiones no las toman los principales integrantes, contrario a lo que se aparenta. Ni Marcelo Ebrard, ni Esteban Moctezuma e incluso ni los principales líderes legislativos tienen la voz completa de sus decisiones; ni Ricardo Monreal ni Mario Delgado son autónomos. Deben ir a Palaco Nacional a “recibir línea”, cono en el pasado y como quedó manifiesto la semana pasdada tras la jornada de elección de la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra.
Ella misma, por cierto, en sus primeras declaraciones (Grupo Fórmula, 07 de noviembre de 2019), dejó entrever que hay una “memoria colectiva de garvio social (sic) por las acciones del gobierno y que su misión al frente del organismo que encabezará (CNDH), será la de reivindicar a la sociedad por acciones del pasado….”.
Un riesgo inminente las nuevas facultades reivindicatorias del Ejecutivo,…en manos de hombrres y mujeres con resentimiento social y afán de revancha. Muchas injusticias se han cometido ya en el mundo, en nombre de la “reivindicación política y la justicia social”.
hch