Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George
Un enorme dolor al ver las imágenes que nos rompe el corazón. Hace pocos días unos terroristas talibanes tomaron por asalto la televisión y radio afgana e impusieron a las mujeres la vestimenta islámica (el burka), si no, tendrían consecuencias fatales; algo no visto en ninguna civilización, y con eso, echan abajo la promesa de respetar los derechos humanos por el acuerdo llevado a cabo en Doha, Qatar unos meses antes.
La conferencia de prensa dada por el presidente Biden fue lo peor de esta loca jornada: la guerra que desataron los talibanes contra la minoría laica de Kabul, porque visto por la lupa del Tío Sam, el ser humano es simple número o fracción. Eso no hace que se muevan los sentimientos de Biden y su banda criminal por aquéllos que murieron colgados de los aviones con su intentona de escapar del terror de los talibanes; e independientemente del terror que les espera a las mujeres en aquél desafortunado país, pues sobre todo la posibilidad de que oleadas de radicales islámicos saldrían de ahí así a los países vecinos y occidentales para volver a sembrar el terror nuevamente. Estando a menos de un mes de volver a conmemorar los ataques a las dos torres gemelas del 11 de septiembre del 2001, cumpliendo veinte años de aquél fatídico acontecimiento que cambió la historia del mundo para siempre.
La retirada de las tropas americanas de Afganistán, vista por muchos como derrota y por radicales islámicos como triunfo divino con ayuda de Alá sobre el ejército más poderoso del mundo; les daría la fe de seguir con la Yihad contra los infieles occidentales. Simplemente vivir en tiempos de los talibanes es ya una derrota interna y personal, y sobre todo, acompañada del rostro sonriente y feliz de Biden.