¿CONFIABLES?
Por Magdalena García de León
Es como el sueño de un drogadicto, en México, para existir debes contar con la credencial de elector, no importa que tengas acta de nacimiento, pasaporte, licencia de manejar o credencial del ISSSTE o IMSS, nada vale sin IFE, como se le conoce en el lenguaje coloquial.
Esto se debe a que ninguna institución que expida documentos de identificación es confiable ni para si misma. Recientemente, en los últimos 10 años, mas o menos, la Secretaría de Hacienda decidió que el José y el María son nombres que debes usar en cada documento oficial y por supuesto estar registrados en tu RFC, entonces se inició un penoso camino para todos aquellos que solo usaban la inicial o la abreviatura.
Cambiaron las homoclaves y hubo que actualizar todos los documentos como ejemplo en la SRE para renovar un pasaporte ya no valía el acta de nacimiento, tenías que probar que tu eres tu. Llevar calificaciones de la SEP y la UNAM con el nombre completo y fotografía y otra gran cantidad de documentos que seguramente nadie guarda. Lo peor es que los pasaportes expedidos por la propia Secretaría de Relaciones Exteriores no valen, pues no son confiables ni para la institución que los expidió.
Otro caso que muestra lo poco confiables que son las instituciones para acreditar tu existencia legal es que para poder recibir cualquier beneficio del Gobierno Federal o de la Ciudad necesitas tener la credencial de elector, no importa que cuentes con todos los documentos que han ido inventando las diversas instancias de gobierno a lo largo de los años, sin IFE no existes.
Es tan grave el asunto que es indispensable, aún para las personas que por incapacidad jamás podrán ejercer el derecho al voto. Los familiares deben llevarlos a las instalaciones, aun cuando no puedan permanecer sentados por su propia cuenta, para sacarles la fotografía, hacer cita o apelar a la humanidad de los empleados del ahora INE y después de varios días regresar con la persona discapacitada para imprimirle la huella digital y recibir la credencial de elector.
Como decíamos arriba jamás va a servir dicha credencial para la finalidad para la que se le creo en el caso de estas personas, no pueden votar porque no son capaces de hacerlo, pero tienen su flamante IFE, porque si no cuentan con ella no pueden recibir los beneficios que como discapacitados los gobiernos Federal y/o locales les otorgan.
Conclusión en México ninguna institución es confiable ni para si misma. Como pesadilla de drogadicto.