Por Magdalena García de León
Siento que no puedo dejar pasar el hablar de la recaptura de Joaquín Guzmán Loaera, “El Chapo”, no solo por la importancia que como capo de las drogas tiene, por el ser el delincuente mas buscado en México y otros países sino por todo lo que se ha venido dando entorno a esta acción policíaca.
Es, por lo menos, de llamar la atención la oportuna coincidencia de las fechas, cuando el dólar llega al punto más alto en su cotización frente a nuestra moneda, más de 18 pesos, lo que representa una devaluación del 38% -ahora les gusta más el eufemismo de “depreciación” porque suena menos fuerte- la caída de la bolsa de valores como consecuencia de la crisis china y finalmente la tremenda caída del precio del petróleo mexicano, y la “importante captura del dos veces fugado Chapo Guzmán.
Todos los problemas económicos arriba mencionados se desdibujaron frente a la noticia, dada a conocer por medio de redes sociales, por el Presidente Enrique Peña Nieto, de que se recapturó al Chapo en Los Mochis, Sinaloa. No por un comunicado oficial de la Procuraduría, o de la Secretaría de Gobernación o la Presidencia de la República, sino por un tweetter.
Después el anuncio de un comunicado oficial por parte de autoridades, sin especificar quien lo haría, y haciendo esperar a la población horas y horas, aun sabiendo que ya estaba en la Ciudad de México el famosísimo detenido.
Trascendió que se había reforzado la seguridad en las oficinas de la SIEDO, de la Procuraduría en Reforma y Violeta y en el hangar de la Secretaría de Marina, donde había sido trasladado el delincuente, con unidades de la PFP y de Fuerza de Tareas de la policía del Distrito Federal. Se rumoreaba que se temía que se produjeran atentados por seguidores de El Chapo.
Peña Nieto, mientras tanto en la comida con los miembros del Cuerpo Diplomático, dio a conocer a los embajadores la detención del capo y prácticamente les dio un informe de su gestión, abarcó todos los temas.
Desde mi personal punto de vista fue excesivísima la parafernalia, la espera, para crear expectación, sobre la detención y la presentación del multimentado delincuente.
Durante todo el día se habló de “Pan y Circo”, más circo que pan, por cierto; de si era o no un doble o el verdadero Joaquín Loaera, de si realmente lo detuvieron el viernes, etc., etc., Por supuesto que surgieron miles de memes en las redes sociales a cual mas de ingenioso.
Las autoridades hicieron la presentación del detenido con todo tipo de demostraciones de fuerza policíaca y de equipo humano y material y se felicitaron mutuamente, se congratularon y se lucieron todo lo posible, por supuesto que los medios le dedicaron prácticamente todo el día y todas las notas al “capo di capi”. Y por la noche nos contaron el cuento de cómo lo detuvieron después de seis meses de trabajo de Inteligencia y operativos y OH SORPRESA resulta que Kate del Castillo y Sean Penn lo entrevistaron hace tres meses, para la revista The Rollingstone, cuando estaba huido y supuestamente nadie sabía a ciencia cierta donde encontrarlo.
Es por lo menos curioso y un poco incomprensible el hecho de que dos actores hayan realizado esa entrevista, a menos de que Kate del Castillo se haya quedado pegada con el papel de la Reina del Sur y Sean Penn no tenga nada mejor que hacer. Si la entrevista la hubieran realizado periodistas sería entendible y hasta meritorio, pero ¿Desde cuando los actores hacen el trabajo de periodistas fuera de las pantallas?
Una nota levemente diferente, el Banco Central de Brasil ordenó el cierre del Banco Azteca Do Brazil, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, por violar sus leyes y poner en riesgo a sus cuentahabientes.
Para finalizar no puedo dejar de mencionar que murió Joaquín Gamboa Pascoe, el último de los líderes sindicales con verdadero control de tropa y manejo de situaciones. Es verdad que han dejado herederos de sus centrales obreras y sindicatos, el problema es que como estaban convencidos que eran eternos nunca enseñaron, ni entrenaron bien a sus herederos, por lo que ese liderazgo sindical ha muerto junto a Él.
