Por Magdalena García de León
Cómo puede alguien pretender jugar con el equipo contrario, desde un lugar de privilegio del equipo contrincante. Dos partidos que durante años se han marcado claramente la separación, el que no son reconciliables sus diferencias, que unos no le perdonan a los otros simplemente su existencia.
El Senador plurinominal Barbosa, con todo su cinismo, su posición acomodaticia, que cambia de partido, de corriente, de amigos, (si los tiene) hace una jugada, a sus ojos magistral, promover a AMLO desde la Coordinación del PRD y no dejar esa posición cómoda y de privilegio. Pero a los ojos de los demás no es magistral, es rastrera, oportunista y deleznable.
Estoy de acuerdo en que puede apoyar a quien le guste para candidato a la presidencia, pero para hacerlo con decencia, congruencia que lo haga desde el partido de su “gallo”.
Es algo elemental, pero muy difícil de hacer, por lo que vemos. El grupo de los experredistas, senadores que están en una posición similar, que renunciaron al partido y no a la fracción, lo “apoyan” y celebran, se sienten muy inteligentes, pero a los ojos de los ciudadanos son oportunistas y por supuesto no son confiables.
También nos habla de poca congruencia de falta de honestidad de parte del partido que se promueve con el de la honestidad valiente. Esto no es honesto.
Esto es un cochinero y quien habla de terminar con la corrupción no puede darles cabida a quienes de manera corrupta se manejan por posiciones, o por dinero.
Realmente creen que la postura del Senador Pablo Escudero, del desprestigiadísimo partido verde es encomiable. Se debe celebrar que el señor, quien sabe porque razones, apoye al traidor. Francamente estas acciones si van a influir en la elección presidencial.
Y no será favorable, por lo menos de la gente que quiere congruencia, que quiere poder elegir en base a verdades, no a frases de campaña.
Esa cantidad de porquería se les va a quedar embarrada y espero, con todas mis fuerzas que la gente no la olvide, que siga apestando el día de la elección como lo hace en estos momentos, para poder elegir bien al candidato adecuado.
Afortunadamente el Tribunal Federal Electoral rechazó participar en ese juego, y determinó que es un asunto interno de un partido y que ni el Presidente del Senado, ni su mesa directiva tienen nada que decir. Que es el partido el que debe establecerlo, y espero que tenga los suficientes “arrestos” (que cursi término) para echar de sus filas a todos los oportunistas y gandallas que están abusando de su posición.