Por Magdalena García de León.
Antes de que se iniciara lA época de las crisis económicas, a partir de los años 80s, en México se hablaba de la clase media emergente, de la posibilidad de cambiar de status social a partir de lograr un título universitario y conseguir un buen empleo.
La clase media crecía en número y en posibilidades, en ese tiempo se podía mejorar con esfuerzo y tesón y era un logro legítimo.
Era una sana aspiración de la población lograr mejorar el nivel social para que la familia, los hijos tuvieran garantizado un mejor status.
El PRI todavía era la “Fuerza” que manejaba el país, sin compartir y sin discutir. Se iban a carro completo, los presidentes no eran cuestionados, criticados, cuando mucho se hacían bromas a sus espaldas, pero que no se decían en voz alta, solo se cuchicheaban.
La clase media estaba en ascenso y las clases bajas aspiraban a llegar a formar parte de esa cómoda y amplia capa que era la clase media con sus diferentes subniveles, clase media baja, clase media-media y clase media alta.
Sin embargo a partir de 40 años de crisis, de malos manejos de la economía, de gobernantes cada vez más ambiciosos, que roban cada vez más, tenemos un ejemplo muy descriptivo un minúsculo gobernador de un estado mediano, más bien pobre pudo robar más de 4 mil millones de pesos y el que siguió, de un estado un poco más al norte, no se tiene aún idea real de lo que se robó, pero se cree que la cifra es muy superior a esos 4 mil millones de pesos.
Si eso se llevan los gobernadores y los exfuncionarios menores de la CFE son acusados de robar más de 100 millones de pesos cuanto será lo que se llevan los de arriba.
Pero volviendo a la movilidad social, los que antes aspiraban a ascender ahora luchan por no descender más. La clase media es casi inexistente, lo que queda de esta es un grupo pequeño de depauperados comerciantes, maestros universitarios etc., etc., etc.
Por eso es sorprendente que quien fuera una líder sindical de izquierda, de guarache y morralito, ahora sea un “elegantísima secretaria que gasta en bolsas de Hermes lo que no ganaba en un año.
Tal vez sea el momento de recomendar mesura en sus gastos, toda vez que su gallo para la presidencia palidece cada vez más.
Claro que ella aspira, cuando menos, a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, pero dudo que siquiera pinte en las encuestas. Si las cosas siguen el camino que llevan será, desgraciadamente MORENA, quien gane la Ciudad de México.
Pero como es hábil y previsora, está acomodando a su hija para que pueda seguir viviendo del presupuesto, no importa desde que partido. En su corta edad ya ha demostrado que es una excelente acróbata y ya lleva un par de machicuepas y eso que solo está iniciándose en los asuntos de la alta política, bueno, no tan alta, más bien baja.