Por Magdalena García de León.
En un mes que lleva al frente del gobierno estadunidense Donald Trump ha protagonizado más de un escándalo, el último inventó un atentado terrorista en Suecia.
Es tan grave está visión alterada de la realidad que ya provocó que el Gobierno Sueco pidiera una explicación al gobierno.
Antes de eso declaró haber sido el presidente que más votos electorales había obtenido. En una conferencia de prensa un reportero le dio a conocer las verdaderas cifras, por lo que Trump se enojó y empezó a despotricar contra la prensa que no le es afín. Preguntaba a los reporteros, antes de permitirles preguntar ¿Eres un periodista amigable?
Ahora sus temas favoritos son la prensa corrupta, la que no lo halaga y el muro entre México y Estados Unidos.
Trump mintió cuando dijo que su toma de posesión había sido la más concurrida de la historia. Y que había dejado de llover cuando prestó juramento.
Trump habla todo el tiempo del abuso de México contra Estados Unidos, porque existe un déficit comercial del 60 mil millones de dólares, pero jamás habla del que tienen con China que es de más de 350 mil millones de dólares. ¿A los Chinos si les teme?
Pero no es la primera invención de Trump y sus secuaces. La señora, Kellyanne Conway, quien fuera su coordinadora de campaña y ahora es una asesora importante en su gabinete lleva dos mentiras públicas, evidentes. Cuando la entrevistó el periodista Chris Matthews, de MSNBC, la consejera de la Casa Blanca, aseguró que el veto migratorio estaba justificado, en parte, debido a la “masacre de Bowling Green”, de 2011. Y que a causa de esto Barack Obama había vetado el programa de apoyo a refugiados iraquíes. Dicha masacre, ni el veto jamás tuvieron lugar, pero eso no importa al gobierno de Trump.
Antes ya había hablado de una realidad alternativa para justificar mentiras dichas desde la Casa Blanca.
En la semana un grupo de 35 especialistas en enfermedades mentales declararon que Trump no está capacitado para gobernar el país, debido a sus graves problemas emocionales.
También se filtró que los organismos de seguridad nacional no le han dado a conocer los detalles de los asuntos más delicados, pues no confían en él y lo que podría hacer con semejante información.
Otra muestra de cómo está en caos el gobernó y el gabinete de Trump es su vocero Sean Spicer, que tiro por viaje mete la pata, agrede a la prensa y sin ningún decoro muestra su gran ignorancia. Recordemos que cuando anunció que se entrevistarían Trump y Peña Nieto llamo a este último Primer Ministro de México.
Otro botón de muestra es la renuncia del general Michael T. Flynn, quien a unos días de asumir el cargo de Asesor de Seguridad Nacional, tuvo que renunciar, porque se supo que había sostenido conversaciones con funcionarios rusos para garantizarles que no se les aplicarían las sanciones establecidas por el Presidente Obama, por su intervención en las elecciones estadunidenses.
Pero ahí no acaba todo el Secretario del Trabajo renunció antes de asumir el cargo y varios de los empresarios y demócratas que habían recibido invitaciones de Trump para formar su gabinete lo rechazaron antes de tomar posesión.
Otra de las últimas informaciones que llaman la atención es que en Rusia, donde Trump tenía buen cartel ha empezado a decaer estrepitosamente su popularidad.
Creo que ya está más que claro que no podemos confiar en Donald Trump, ni en su gabinete. Son capaces de inventar realidades alternativas para que se ajusten a sus deseos y puedan cantar victoria aun cuando estén perdidos en medio del caos.