Por Magdalena García de León
El narcotráfico ya no es solo un negocio en sí mismo, ahora ha permeado a varias otras áreas de la vida nacional, por ejemplo los corridos, en los que alaban, ensalzan y procuran que los narcos sean admirados, emulados y hasta idolatrados.
Las telenovelas y las películas como La Reina del Sur, El Señor de los Cielos y la biografía de Pablo Escobar, o a la película de su vida, a la que aspiraba Joaquín el Chapo Guzmán, por lo que supuestamente se relacionó con Kate del Castillo y Sean Penn.
Todo esto ha impactado en los niños y jóvenes, de tal manera, que ahora ya no sueñan con ser médicos, policías o bomberos, ahora quieren ser sicarios, narcos, líderes de cárteles de las drogas, tanto hombres como mujeres, quieren el dinero rápido y la fama y renombre que está actividad conlleva, sin tomar en cuenta el precio que hay que pagar por ello, como el ser asesinos a sueldo, tener que vivir a salto de mata, en algunas ocasiones, y el poner en peligro la vida propia y de los familiares.
Estas novelas y películas están contribuyendo en el terrible deterioro social en el que vivimos, la impunidad del crimen en nuestro país hace parecer más rentable ser delincuente que personas “de bien” como decía mi abuela.
Hemos llegado a que el Chapo sea una marca registrada, a favor de su hija Alexandrina Gissellle, para explotar comercialmente metales preciosos, joyería, relojería y productos de cuero, con varios etc. (Según informa Jesús Rangel en Milenio.com) pero las solicitudes de registro a nombre de semejante personaje son muchas y por varias personas, unas familiares de Guzmán Loaera, y otros sin ningún nexo aparente. Las Solicitudes ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial van desde joyería, ropa, juguetes, productos científicos, deportivos, de enseñanza y educativos y hasta de un tequila. Y el registro de estas marcas aparece en el Global Bran Database de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
No podemos obviar el caso, que nos dio a conocer Joaquín López Dóriga, desde junio de 2015, de la diputada panista del Congreso de Sinaloa, Lucero Sánchez López, quien en abril del año pasado visitó a Joaquín Guzmán Loaera, en el Penal de Máxima Seguridad del Altiplano, junto con un abogado, utilizando una credencial del IFE y un acta de nacimiento falsas, por lo que ya está en proceso de desafuero, un poco lento proceso judicial, no? Ahora, siete meses después su partido la desconoce y Margarita Zavala, oportunamente, acaba de pedir perdón por el hecho de que el PAN la haya promovido a la diputación.
Esta legisladora, según la investigación policíaca dada a conocer por las autoridades, cuando fue recapturado el Chapo, pasó la noche de año nuevo con el citado narcotraficante, así que no se puede sorprender de que le quiten el fuero y la procesen penalmente. Por el momento el único delito que se le imputa es la utilización de documentos federales falsos. Esperemos que se llegue al fondo.
Ya no queremos más casos de impunidad total como el de Humberto Moreira, quién recibió la protección de su partido que lo cobijo hasta de la justicia española.