Claudia Rodríguez
Es un hecho, Donald Trump llegó pisando fuerte y cumplimentando minuto a minuto sus voraces promesas de campaña fuera de toda diplomacia. El mundo se muestra ya dividido entre los pro Trump y los que estamos en contra del poderosísimo presidente de los Estados Unidos, porque él tiene, el mando de la tecnología bélica que puede detonar algo más que una guerra diplomática.
No todos nos atrevemos a decir lo que puede venir, quizá por no invocarlo, pero millones de personas en diversas partes del mundo e incluso de los mismos Estados Unidos, están aterrorizadas pero sobre todo, tratando de defender lo suyo como lo hace Trump: sus familias, sus creencias, sus pertenencias…
Desde diversas regiones del planeta, con diferentes banderas o tópicos, nos empezamos a organizar o a concientizar por el rechazo a una política central de Estados Unidos encabezada por un dirigente que tiene en la mente romper con todos los acuerdos económicos, de migración y hasta de paz de manera unilateral a lo firmado como un acto jurídico y que piensa que no habrá ni demandas, ni respuestas, quizá hasta más agresivas a las que él ha impuesto y trata de imponer.
El mundo global que por décadas se ha ido construyendo y al que México llegó apenas hace poco más de dos décadas, encuentra hoy una barrera con nombre y apellido a la que unos están dispuestos a intentar saltar, otros a romperla y unos más, los tibios, a darle la vuelta.
Pero en una guerra diplomática, vecinal o de cualquier índole no existen “las medias tintas” o se es blanco o se es negro y México tiene que definirse ya con una estrategia nacional que entere a todos los mexicanos de hacia dónde ir y no tratarnos como incompetentes al querer intentar dialogar con Trump en lo oscurito.
Es el momento en que la Administración del presidente Enrique Peña Nieto escuche el ¿qué hubieran hecho ustedes? cambiado por ¿ustedes qué harían? y delinear en horas, una estrategia que logre minimizar los costos de las acciones de Trump contra nuestro país.
Ya otros gobernantes lo están haciendo, incluso dentro de los Estados Unidos.
Son momentos de definiciones, no de tibiezas, ni de arriesgar nuestro futuro sólo en lo que dicte el equipo de Peña Nieto, quienes además, tienen una buena parte de responsabilidad de lo que a los mexicanos atemoriza dentro y fuera del país.
Acta Divina… “Trump es un hombre negociador”: canciller Luis Videgaray.
Para advertir… Tan buen gestor es Trump, que tiene inmovilizado al equipo de Peña.
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