La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Después del bajón a la segunda fórmula, ya le dio el síndrome de ‘Es-el-colmo’
Siempre hemos destacado que, Manuel Huerta, es un morenista de cepa, formado en las luchas de la izquierda, su línea ideológica es persistente.
Por ello, llaman la atención sus declaraciones, al señalar: “ella es muy prudente (Nahle), está dedicada a hacer su campaña y seguir con su propuesta y sin duda, va a haber una reacción legal como ya lo anunció”.
Esto, ya que, según Huerta, se están violentado los derechos políticos de la doña, al decir que no es veracruzana y, agrega, “ella tiene derecho constitucional a ser candidata por ley (sic)”.
En principio, si alguien precisa que Nahle no es originaria de Veracruz, es, justamente, porque nació en el estado de Zacatecas, nadie cuestiona su postulación, de hecho, el OPLE ya la avaló, ese no es quid de la cuestión, el tema radica, en que al decir que es zacatecana no hay violencia de ningún tipo, no es un adjetivo, sólo, la verdad.
Lo que, sí es de fondo, es la amenaza de Huerta al subrayar: “después de las elecciones vendrán la denuncias”, es decir, mejor cállense sino quieren tener broncas, lo cual es preocupante, ya sabemos como se las gastan los encargados de procurar justicia en la entidad, son expertos en encontrarle ‘chichis a las culebras’, ejemplos hay muchos.
Señor Huerta, el que no quiere ver fantasmas que no salga de noche, los que se meten a lo electoral, quedan expuestos al escrutinio público, además, hablar sobre el origen de la candidata no es un insulto, en todo caso, le molesta, pero, lo hubiera pensado antes.
Además, la no nacida en Veracruz, asegura que un veracruzano nace dónde quiere (¿incluirá el Palacio de Buckingham?), entonces ¿cuál es el problema?