Jorge A. Barrientos
Parece que hasta las pequeñas ventanas que nuestra endeble o ficticia democracia abre para los ciudadanos de a pie, intentan ser cerradas por los distintos medios del sistema.
Y es que si bien la gente muestra cada vez más interés en propuestas frescas, pero sobre todo, caras nuevas, las instituciones electorales o los partidos intentan evitar que esto sea así y con eso continuar con el monopolio de los puestos públicos y sus candidaturas.
Para comenzar solicitan una cantidad de firmas que solo perteneciendo, o haber pertenecido, a un grupo político es posible conseguir pues si bien es cierto que debe haber algún filtro para evitar la acumulación de candidatos sin apoyo, también es injusto que se le pida la misma cantidad de firmas a una persona sin militancia o puestos públicos anteriores.
Si para políticos de carrera (por no decir de manutención) es difícil conseguir las firmas, imaginé usted lo difícil que será obtenerlas a alguien interesado en lograr un cambio en su comunidad sin las viejas artimañas de los partidos y siendo apenas conocido.
Y agregue el ingrediente de cuando el aspirante a la candidatura sea incómodo o al menos no sea del gusto de algun político en el poder, pues fácil, invitan a un político de medio pelo o qué haya tenido algún cargo en el pasado, a que se aviente de independiente, para quien por medio de cobro de facturas, chantajes o falsas promesas le sea más fácil conseguir dichas firmas, aunque esa persona no tenga un interés real en el cargo o mejora de su comunidad más que la ganancia que le genere dar el traspié a la candidatura auténticamente independiente, para luego cobrar el favor a las autoridades que lo invitaron.
Eso vive hoy Chetumal, Quintana Roo, cuando alguien de a pie,un simple mortal pues, Julio Alfonso Velázquez Villegas, un ciudadano buscando la candidatura a la presidencia municipal, motivado únicamente por el afán de lograr la recuperación de tan golpeada y abandonada ciudad, lucha por no quedarse atrás debido en una carrera contra alguien que ya fue representante, que ya perteneció, o pertenece, a un partido y que, haya hecho bien o mal en su período, pareciera que su aspiración responde a muchos motivos menos a la mejora de la ciudad.
Esperemos que los chetumaleños no lo permitan.