Redacción MX Político.- Emilio Lozoya llegó a México, pero a no a la cárcel ni a una audiencia en la que revelaría la red de corrupción durante el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. No. Llegó a un hospital por presentar síntomas de “anemia” y “debilidad general”, malestares no reportados por la justicia española.
A su llegada de España, un doctor de la FGR sugirió que Lozoya tenía que ser llevado a un hospital por presentar un cuadro de “anemia desarrollada y problemas sensibles en el esófago, así como una debilidad general en toda su salud”, luego de una revisión en el hangar. La familia de Lozoya pidió que un médico particular hiciera también una revisión; el doctor encontró los mismos síntomas.
En tanto, las Instituciones Penitenciaria españolas negaron que Lozoya hubiera tenido malestares durante su estancia en prisión; sin embargo, la Policía Nacional indicó que su trabajo consistió solamente en trasladarlo de la cárcel al aeropuerto de Madrid-Barajas, por lo que desconocía la situación.
Explicaron que cuando un preso llega lo primero que se hace es un estudio médico, pero en el momento del traslado Lozoya no mencionó algún tipo de dolencia, pues de haber sido así habría sido llevado de inmediato a un hospital y no al aeropuerto.
**Información de medios **Foto: Especial
afm