El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reconoció este 21 de octubre que el accidente doméstico que sufrió el domingo fue “grave”. Este incidente le obligó a cancelar su viaje a la cumbre de los BRICS+ en Rusia. Según reportes de medios locales, el mandatario permanecerá en el Palacio de Alvorada, su residencia oficial, para recuperarse.
Durante una conversación telefónica con un miembro de su partido, Lula explicó: «Estoy bien, tuve un accidente, pero fue una tontería mía. Fue grave, pero no afectó ninguna parte delicada». El presidente se resbaló en su residencia y se golpeó la nuca, lo que llevó a su traslado al Hospital Sirio-Libanés de Brasilia.
El hospital emitió un boletín médico confirmando que Lula llegó con una «herida en la región occipital», es decir, un corte en la nuca. A raíz de esto, sus médicos le recomendaron cancelar su viaje a Kazán, Rusia, para la cumbre de los BRICS, debido al riesgo de complicaciones en la circulación sanguínea tras un vuelo prolongado. “Los especialistas seguirán evaluando si el accidente doméstico podría generar estragos”, agregó una fuente médica.
Antes de su caída, Lula tenía programado llegar a Rusia este lunes, donde se esperaba que preparara su discurso para la cumbre que se llevará a cabo del 22 al 24 de octubre. Sin embargo, el presidente brasileño mantendrá contacto con su homólogo ruso, Vladímir Putin, a través de una llamada telefónica programada para el 22 de octubre a las 9:30 horas locales (12:30 GMT).
A pesar de su ausencia en la cumbre, la agenda oficial de Lula para ese día incluye una videoconferencia con los miembros de los BRICS y otras actividades de trabajo desde el Palacio del Planalto, la sede del Gobierno brasileño.
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