Anahí García Jáquez
Veracruz. Fines del siglo XIX. Diego Sauri, yucateco que ha viajado por el mundo regresa a su país y un día, por casualidad o destino, conoce a Josefa Veytia, una joven poblana de la que queda perdidamente enamorado. Se casan en la ciudad de Puebla y, bastante tiempo después, se convierten en padres de una niña llamada Emilia, la cual tendrá una vida llena de aventuras.
Mal de amores es un trabajo de la escritora mexicana Ángeles Mastretta, quien nos cuenta una historia que abarca muchos lugares así como un periodo extenso de tiempo, pero a la vez decide ubicarla primordialmente en Puebla, de donde es originaria, y dentro del contexto de la Revolución. Se nos presenta un círculo familiar un poco fuera de lo común, comenzando porque Emilia es criada en un ambiente librepensador, pues su padre absorbió ideas de democracia que contrastan con la situación política previa al conflicto, lo cual contrasta con su mujer, quien es de mentalidad más tradicional y conservadora.
Así mismo, aunque su hija es mujer, Diego decide educarla y darle el conocimiento de las plantas y sus poderes medicinales, puesto que él es un botánico y propietario de una botica. De esta manera, Emilia crece y se desarrolla con plena libertad, pero todo ello cambia una vez que sus sentimientos hacia Daniel Cuenca, su amigo de la infancia, se transforman en algo mucho más fuerte que la amistad.
La autora nos presenta una historia de amor muy particular, en la que sus protagonistas viven una serie de desencuentros ya que Daniel decide luchar por sus ideales y se une a las filas de los revolucionarios dejando atrás a Emilia, quien se queda atrás tratando de vivir su vida mientras se habitúa a los constantes ires y venires del hombre que ama. La cosa se complica cuando conoce a Antonio Zavalza, un joven médico con conciencia de clase que le ofrece la estabilidad que ella desea, pero que no le hace sentir esa pasión avasalladora como la que experimenta con Daniel.
Y es así como esta anécdota sirve para explorar la situación de las mujeres en los tiempos pre, durante y post revolucionarios, en los que su papel en la sociedad era casi nulo y sólo eran espectadoras de las sacudidas que la guerra le dio a las vidas de la gente y a la situación política, económica y social de este país. Emilia y su tía materna Milagros son un ejemplo de esos paradigmas que se van rompiendo de poco en poco, ya que Milagros es una mujer soltera que se mueve a su propio ritmo, sin necesitar a un hombre a su lado y bastándose a ella misma, cuidando de hijos de otras personas como es el caso de Daniel, a quien cría como si fuera suyo, siendo una mujer muy adelantada a su tiempo. Emilia, por su parte, decide incursionar en el mundo de la medicina ya que no sólo tiene el talento, sino la vocación de servir, y lo hace al mismo tiempo que intenta vivir su vida sin dejar que sus relaciones amorosas la definan y sin depender de esos hombres que la aman.
Mal de amores es un texto cargado de metáforas, las cuales le dan un realce especial a la narración haciendo que el lenguaje se sienta rico y a la vez, sencillo. Hay personajes entrañables con los que el lector sentirá empatía pues resaltan de entre todo el conjunto. Es pues éste, un relato de cómo una mujer se debate entre dos amores mientras intenta sobrevivir a una guerra y hallar su lugar en un mundo de hombres, sin tener que bailar al son que le toquen y, sobre todo, conservando su libertad de hacer, pensar y amar.
Mal de amores. Ángeles Mastretta. 1997. Editorial Seix Barral.