Qué tristeza. El mal se contagia. Los políticos encumbrados en general pierden el piso apenas se ven en la silla del poder y Miguel Ángel Marcera gobernante electo del Distrito Federal parece que se empieza a infestar. Espero remedio, antes de que irremediablemente se pierda.
Impactante para muchos ha sido el enterarnos que al interior de una sala de cine, un chico de 10 años se encontró con la fatalidad de una bala que se incrustaría en su cabeza y que luego de unos días, el caso saltó a los medios de información con verdades a medias, que hoy se han convertido en medias verdades.
Está por demás detallarles en este espacio todo lo que se ha dicho alrededor del destino fatal del pequeño Hendrick Cuascuas que inició en una sala de cine, mientras veía la función junto con su padre y su hermana de 12 años y claro, el viacrusis que vive ahora la familia de Hendrick.
Aquí hay que destacar todo lo deficiente de la seguridad y lo cómodo de la impunidad en México y en la ciudad capital cuando así como así, se detonan armas en las calles o en lugares públicos.
A veces los gobernantes se olvidan que no somos números y mucho menos estadísticas, y que cada una de las cosas que suceden en nuestro entorno nos impacta aún cuando sea en grados diferenciados.
Por el momento yo sí he tomado precauciones para asistir a una sala de cine, pues aunque creo que la coincidencia de que sea afectada por una herida de bala sí es remota, también es cierto que el consciente que me atemoriza me dice que no me sentiría a gusto y dispuesta de disfrutar a pleno la función.
Es por eso que me llaman la atención, las declaraciones del futuro jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera quien advierte que lo sucedido el 2 de noviembre en una sala de cine en la delegación Iztapalapa y que terminó con la vida de un menor, no cree que genere miedo entre la población.
Lo peor de todo es que una vez que se cruza la raya entre el sentir del pueblo y el accionar del Gobierno, quienes se ubican en este último lado, de verdad olvidan que sólo somos humanos y qué sí tenemos miedo y que además se vale sentirlo con todo y los discursos de seguridad y no impunidad. Porque una vez efectuado el crimen, y con una pérdida de vida, creo que poco es el consuelo de ver a los criminales tras las rejas y que quede claro que tampoco planteó una venganza, sino más bien, pura prevención.
Espero que Mancera aborte su lanzamiento de la tierra al cielo.
Acta Divina… Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal electo, se ofreció a trabajar para que los niños y los jóvenes puedan acceder a las manifestaciones culturales, y añadió además, que la ciudad está tranquila.