Cicuta
Jaime Flores Martínez
Viernes 11 de abril del 2025.- Arrinconada por su homólogo norteamericano y agobiada por las presiones ejercidas por su antecesor, la presidenta de México Claudia Sheinbaum está a punto de estallar, pues sabe que sus asesores no son capaces de lanzarle señales de advertencia.
Y es que observadores advierten que aquellos que la rodean, se dan cuenta que las 24 horas del día no le alcanzan para atender las exigencias del anaranjado Donald Trump.
Por eso parece que no tiene tiempo de diseñar una estrategia para debilitar al ejército de incondicionales de López Obrador que intermitentemente le lanzan dardos envenenados.
¡Prefiere patear el bote y espera que eso alcance para proyectar a su entenado Harfuch!
Para que quede más claro, la señora Sheinbaum está inmersa en una guerra intestina y al mismo tiempo obligada a resolver las exigencias del gringo Donald Trump.
Por dar un ejemplo, la presidenta se ve incapaz de meter en cintura a los coordinadores de MORENA en las Cámaras de Diputados y senadores Ricardo Monreal Ávila y Adán Augusto López Hernández, ambos operadores del expresidente López Obrador.
Como si las deslealtades no fueran suficientes, Sheinbaum se ve obligada a operar “con las uñas” porque AMLO —antes de irse— saqueó todo lo “saqueable”.
Las dos escandalosas incautaciones de huachicol de principios de mes, generaron que la visión de Sheinbaum se despejara.
Aunque nadie se atreve a referirse a los “responsables” del tráfico de huachicol, Cicuta logró enterarse que detrás de esas acciones (desnudadas por el gabinete de seguridad del gobierno federal), se observa la silueta de Andy López Beltrán y detrás de este las sombras de Ricardo Monreal y de Adán Augusto.
En términos prácticos, el columnista señalará que Sheinbaum entendió que “las acciones anti-leales” de ambos tienen nombre y apellido.
Paralelamente conoció que los 10 millones de litros de combustible incautados a principios de la semana pasada en Altamira Tamaulipas provenían de la refinería Deer Park, la misma que compró López Obrador y que se encuentra en Texas.
Sheinbaum pudo, finalmente, tener claro por qué el gobierno mexicano compró esa refinería que estaba en ruinas en un precio altísimo.
Si fue adquirida como plataforma de lanzamiento de huachicol, entonces queda muy claro que su antecesor no tiene llenadera.
Más allá de operar negocios millonarios ilícitos, “ya saben quién” despliega operativos —a través de sus operadores—para intentar debilitarla y dejarla en ridículo.
Como una muestra de ello, bastaría recordar aquella votación donde en la Cámara de Diputados MORENA despedazó su iniciativa que prohibía acciones de nepotismo, es decir, que los funcionarios públicos no inserten a sus parientes en el gobierno.
Otro “tope” que recientemente los legisladores de MORENA aplicaron a la presidenta es el caso de Cuauhtémoc Blanco, un ex futbolista metido a la política acusado de violación en grado de tentativa por su media hermana.
Cuauhtémoc Blanco es diputado federal y para muchos de los legisladores morenistas AMLO giró la orden a sus aplaudidores para que votaran a favor de que este señor mantuviera su fuero.
Si acaso no ha quedado claro, al menos la mitad de los diputados y senadores morenistas están del lado de López Obrador (incluidos los coordinadores).
Por eso las iniciativas que manda Sheinbaum son literalmente despedazadas por los legisladores, caso contrario de lo que hacían con AMLO.
Sheinbaum habría descubierto que detrás de los últimos escandalosos decomisos de huachicol están las iniciales precisas de quienes últimamente le han metido zancadilla.
Para todos está claro que Sheinbaum no tiene margen de maniobra porque el poder legislativo está comprado, el poder judicial pareciera que lo estará, mientras en el poder ejecutivo solo tiene a Omar García Harfuch.
No es extraño que García Harfuch tenga carta abierta con las autoridades de Estados Unidos quienes quieren muestras que México ya no practica los abrazos a los delincuentes.
Los gringos saben que Harfuch nunca fue bien visto por AMLO y por tanto tampoco de sus seguidores.
Y aunque pareciera una lucha interna desigual dentro de MORENA, quienes observan los movimientos de ajedrez visualizan que Claudia Sheinbaum a través de García Harfuch está dedicada a cumplirle sus exigencias al anaranjado Trump.
Los malévolos se imaginan la sonrisa de Harfuch en los momentos que los gringos le piden la cabeza de “alguien”, pues tiene claro que ese “alguien” pertenece al grupo morenista que no lo quiere.
Además de tener toda la confianza de Sheinbaum, Omar García Harfuch sabe que si da los resultados que piden los gringos entonces apuntaría directo a la candidatura presidencial.
Sin embargo, sabe que esta visión también la tienen sus detractores que maniobran para diversificar las opciones sin salirse del objetivo obradorista.
Para que se entienda mejor, García Harfuch sabe que los mismos que se revuelven en acciones para perfilar a Andrés Manuel López Beltrán como el candidato presidencial de MORENA son los mismos que filtraron el nombre del senador Adán Augusto López Hernández.
Conforme avancen los tiempos, los obreros de AMLO ajustarían el perfil de tal o cual personaje, léase Andy o Adán Augusto.
Lo relevante es que en este momento la presidenta Sheinbaum luce acorralada y sabe que si no actúa pronto su gobierno se desplomará en las simpatías electorales.
Por lo visto, ninguno de sus brillantes asesores le plantea un par de opciones para romper con López Obrador sin salir herida.
Cierto que existe la posibilidad que ese rompimiento le resulte en heridas graves, aunque también habrá otras menos invasivas.
Nadie en su sano juicio entiende porque Sheinbaum mantiene la idolatría que le rinde a López Obrador.
Está bien que compartan ideologías, aunque esto no justifica que Sheinbaum esté atada de manos.
Para resumir esta visión, Cicuta referirá que se observa que Claudia Sheinbaum Pardo y su alfil Omar García Harfuch se enfrentan a un ejército de soldados chairos y el pelotón está liderado por Andy López Beltrán, Adán Augusto López y Ricardo Monreal Ávila.
Audaz
El teniente coronel Julián Leyzaola Pérez no tiene idea del error que comete al pedir asilo en el Cuartel Militar de Mexicali, ciudad en la que despacha como director de Seguridad Pública.
Don Julián le causa gracia que le hayan dicho que el terreno donde se asienta el Cuartel es de una señora mayor que se llama Carlota.
Jaja, es como si —en la Primaria— le dijeran “nos vemos a la salida”
Positivo
Qué bueno que la percepción social es que la autoridad federal está decidida a combatir la delincuencia.
Mientras algunos señalan que durante el pasado gobierno federal se toleró a los delincuentes, los más sensatos pueden decir que —ahora si— se nota que se combate al crimen organizado.
Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana del país, dijo (hace un par de días) que la frase “abrazos, no balazos”, fue sacada de contexto.
Será el sereno. Ahora si se nota.
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