La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Ser de izquierda implica ser radical…ser radical significa ir a la raíz
La contienda de la 4T, en Veracruz, para designar al candidato(a) a gobernador, no ha tenido gran relevancia, el hecho de no exigir que los participantes renunciaran al cargo, invisibiliza la presencia de los mismos, no existe el don de la ubicuidad.
En este tenor, el ex delegado de Bienestar, Manuel Huerta, decidió dejar el puesto para dedicarse de tiempo completo al proceso, su estrategia consiste en continuar sus recorridos por tierra y en sostener encuentros con columnistas y reporteros.
Justamente, los integrantes de los medios de comunicación, han encontrado substancia en las declaraciones de Huerta que, a medida que pasan los días, va radicalizando su discurso en dos direcciones.
En principio, el aludido resalta su trayectoria en la izquierda, no es tránsfuga del PRI o el PAN, ha sido activista social desde sus épocas estudiantiles, además, su formación como sociólogo, le ayuda a comprender a cabalidad la problemática de los grupos más vulnerables, sin dejar de lado, que ha colaborado con el presidente López Obrador, desde los años noventa, o sea, no es morenista de coyuntura.
Por otro lado, ha señalado los conflictos de intereses de sus adversarios, quiénes siguen pegados a la ubre presupuestal, sin asumir un verdadero compromiso con su presunto proyecto, también, ventila las complicidades y rupturas, en el grupo encabezado por Rocío Nahle y Cuitláhuac García.
Veremos qué ocurre, lo cierto, es que el dilema planteado puntualiza que no basta con ser veracruzano de origen, se requiere, asimismo, tener prosapia en la lucha de la izquierda.