La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Parajoda borgeana: MORENA el partido de la militancia que se bifurca
En alguna ocasión, hemos señalado que el delegado de Bienestar en Veracruz, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, es un personaje forjado en la izquierda, durante su juventud, influido por los movimientos obrero-campesino-estudiantiles, decidió estudiar sociología urbana y, en consecuencia, se convirtió en un dirigente social.
Sin embargo, lo que podría parecer anecdótico, marca una diferencia fundamental al interior de MORENA: los militantes formados en el activismo social (entre los cuales se incluye al presidente López Obrador) y los que se han fogueado (y/o se inclinan), en las viejas prácticas del corporativismo partidista.
Así pues, los primeros privilegian el diálogo directo con el pueblo, la operación de tierra, gastar las suelas para tomar el pulso de la gente in situ. Por el contrario, los segundos, hacen uso de los recursos del aparato gubernamental, lo mismo para tapizar con espectaculares que, con el interés de organizar mítines con cientos de acarreados.
Justamente, los tiempos electorales, se convierten en el escenario en el que los actores políticos se mostrarán sin tapujos: los que se fundamentan en el capital político acumulado por el contacto con la ciudadanía y los que buscan generar percepción, creándose fama de ‘populares’ en dos pasos: haciendo eventos con ‘borregos’ para después, difundirlos por medios de comunicación y redes sociales, recurriendo (ilegalmente), a la Hacienda pública.
Al final del día, la hamletiana cuestión es: ser un auténtico militante de izquierda o no serlo y seguir reproduciendo los moditos del PRIAN ¡trompo a la uña!