La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Parafraseando al jefe Marx: lo de Camacho fue tragedia y lo de Ebrard será comedia
Marcelo Ebrard, uno de los tres suspirantes oficiales, por la candidatura de MORENA a la presidencia en 2024, está recurriendo a toda clase de artilugios digitales para posicionarse mediáticamente, lo cual, le ha provocado dar derrapes impropios de su investidura como Canciller.
Sabedor de no ser el consentido del patrón, el hiperactivo funcionario recurre a las redes sociales para mantener una presencia constante en el imaginario colectivo, ya que, por sus obligaciones, tiene que ausentarse del país con más frecuencia de la que él quisiera.
Así pues, el pasado lunes, al asistir en representación del presidente López Obrador al sepelio de Isabel II, Ebrard tuvo la infeliz ocurrencia de sacarse una selfie con su esposa, pasando por alto que se encontraba en una ceremonia, justamente, fúnebre.
Desde luego, el posteo fue criticado tanto por usuarios como por la prensa, que reprobaron el intento de sacar raja política del evento, aunque no fue el único, Jair Bolsonaro, también intentó promocionarse desde Londres ¡vaya coincidencia de estilos!
Además, antes de esto, convenció a Evo Morales, de que hiciera un elástico y repetitivo movimiento de cuello, para grabar un video y subirlo como un ‘reto’ al TikTok, mismo que, se reconoce, tuvo mucho éxito entre los internautas bajo la etiqueta del ‘baile de Evo’.
El asunto podría parecer anecdótico, sin embargo, lo grave es inferir que, el encargado de la Política Exterior del país, esté más ocupado en ganar likes que en promover las gestas pacifistas de YSQ. Luego por eso, el asesor de Zelensky los vapulea.
En todo caso, lo ideal sería que Marcelo renunciara a su chamba y se dedicara de tiempo completo a ser un youtubero, quizá perdamos un buen candidato, pero, ganaríamos un excelente humorista.