Claudia Rodríguez
Paridad de género agraviada
En México, el discurso de paridad de género en distintos ámbitos de la Administración Pública es más que coreado; el concepto tan presumido hoy en día como un logro para las mujeres, cuando debería ser para toda la sociedad, implica que todas las tareas de educación y desarrollo de igual forma pueden ser emprendidas por mujeres y hombres.
No obstante, muchos aún creen que sobre todo en los ámbitos legislativos, esta paridad se cumple por ley, más que por capacidades, es decir; advierten que hay legisladoras que no cumplen con los requisitos requeridos, pero casi nunca se escucha cuestionar la capacidad de alguno de los caballeros para el desempeño de esas funciones.
Incluso al interior de las familias mexicanas más progresistas y educadas, se sigue señalando hasta en modo de broma –acción que resulta más ofensiva— que a las mujeres se les tienen destinadas tareas domésticas, o bien, se llega a cuestionar la preparación académica para terminar en las labores del hogar.
El sentimiento que mata mujeres
Sucede que son muchos, mujeres y hombres, que están casados con la idea preconcebida de que las féminas no son parte toral de la sociedad productiva, al grado que esa violencia de género revelada de muchas formas tiene por supuesto consecuencias de segregación que en no pocos casos, llega hasta privar de la vida a quien se concibe como inferior, como cosa.
No es gratuito que, del total de homicidios dolosos en los últimos cinco años en México, el que se comete contra mujeres tenga cifras superiores al que se perpetra contra los hombres.
A nivel mundial, el 95% de los homicidios por dolo, son cometidos contra mujeres, y en México, la regla sigue casi la misma proporción.
Inclusión ficticia
Antes de que a la mujer mexicana se le cierren las puertas de las oportunidades laborales en contraste con los hombres, en la etapa del desarrollo educacional las cosas son más igualitarias.
México se ubica en la posición uno en cuanto a la inclusión de alumnas en la educación secundaria y preparatoria. Pero en participación laboral de las mujeres, cae hasta el lugar 124.
Lo que marca el Índice de Brecha de Género 2018, del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), es que en México se resuelve el problema de la desigualdad de género, con la inclusión en las matrículas de educación, pero ya fuera del terreno académico, a las mujeres se les dificulta entrar al mercado laboral. Las mujeres que logran la inclusión laboral, luego se encuentran con que, de manera costumbrista, los ascensos son para sus contrapartes en género, lo que se llama pues, el “techo de cristal” que pone el freno a la carrera profesional.
Qué decir de los salarios para hombres y mujeres. Nada ha cambiado hasta ahora. Ellos ganan más, ellas menos; pese a que hay más mujeres graduadas que hombres en el terreno universitaria. Además de que la carga de trabajo global es desproporcionada para hombres y mujeres,
Acta Divina…Inmujeres, la entidad del Gobierno federal, que trabaja por la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Para advertir… En México, cada día se perpetran nueve feminicidios.
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