Claudia Rodríguez
Ahora que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas premió a Guillermo del Toro por su película “La forma del agua” 2017, al conquistar sobre todo las estatuillas de mejor película y mejor dirección, los mexicanos creemos que ganamos algo, pero esto reflejó lo que hemos perdido e incluso por qué estamos en la lucha de reconquista de muchos de nuestros valores y mucho más.
El Cineasta del Toro es el vivo ejemplo de todos quienes con un gran talento han tenido que migrar del país diversas situaciones. El laureado cineasta, inició sus filmaciones en locaciones de Guadalajara, Jalisco en donde nació y fue apoyado por el Instituto de las Ciencias aún antes de cumplir la mayoría de edad, además de que fundó su propia compañía con la que logró producir su primera película a los 21 años, pero al final el secuestro de su padre en tierras nacionales en 1998, lo movió a mudarse al extranjero y así llegó a los Ángeles, California desde donde se ha logrado proyectar hacia todo el mundo.
En México, la cultura ha sido para los Gobiernos en turno, un asunto de menor importancia, al grado que en el sexenio de Enrique Peña Nieto, se creó la Secretaría de Cultura en diciembre de 2015 pero en sólo dos años desde la Secretaría de Hacienda se le fue aplicando recortes severos al grado que en 2017 llegó el mismo, hasta en un 30 por ciento con respecto al total de 2016 ya mutilado.
El hecho es que como en el caso de las ciencias y hasta del deporte, la cultura en México a nivel individual no encuentra apoyos. Se llegó a señalar incluso, que el hecho de desaparecer el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conaculta) y crear la Secretaría Cultura, tenía el fin último de privatizar los bienes patrimoniales y culturales del Estado.
La película de La forma del agua en las salas cinematográficas nacionales, recaudó en su primer semana de exhibición en México, más de 60 millones de pesos; pero si acaso es gracias al apoyo de los asistentes a las salas de cines y del trabajo de del Toro que reflejan su trabajo propio dirigiendo a actores estadounidenses, en locaciones de la misma nacionalidad y con más aportaciones del mismo país en su gran mayoría.
Esto es precisamente la expresión de que los mexicanos hemos perdido mucho. Igual por inseguridad, falta de oportunidades y más que son responsabilidad del Gobierno en turno.
Bien por Guillermo del Toro, y nada más.
Habría que acotar que las expresiones culturales de nuestro país hacia el mundo, han sido también exploradas como un gran negocio por Disney Pixar, en el caso de la película Coco.
Acta Divina… “No me gusta cuando me felicita Enrique Peña Nieto”: señala el cineasta Guillermo del Toro.
Para advertir… Es dudosa la participación y aspiración de Javier Lozano en carteras de la cultura nacional.
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