Para algunos falta mucho tiempo hacia las elecciones presidenciales del 2018. Para los que quieren estar en las boletas electorales, el tiempo les apremia y saben que urge posicionarse frente a los ciudadanos, porque por ahora el único que les lleva la verdadera delantera es quien por tercera ocasión estará en la papeleta electoral ahora con el Movimiento Regeneración Nacional (Morena): Andrés Manuel López Obrador.
El segundo y último tramo de la Administración del Presidente Enrique Peña Nieto, estará delineado en dos sentidos: Elevar el porcentaje de aprobación de la gestión del mandatario mexicano –quien no ha querido enfrentar como se debe el conflicto de intereses– y posicionar con fortaleza a los precandidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). En esa línea también, orientar las tareas de Gobierno hacia los tópicos que representen cada uno de los elegidos priistas para la carrera presidencial.
Los retos son para el Gobierno federal, meteóricos. Si los visibles priistas presidenciables son Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray, José Antonio Meade y Aurelio Nuño, desde sus carteras de Gobernación, Hacienda, Desarrollo Social y Educación; remontar los bemoles que en cada área se viven no es cosa menor.
En los terrenos de justicia, Osorio tiene ante sí vergonzosos asuntos que resolver que tienen como estandarte Ayotzinapa, Tlatlaya, Tanhuato, Ostula y claro, la fuga de El Chapo. Todas cuestiones a las que se les ha dado largas y en donde en el afán de no reconocer la responsabilidad del Gobierno, las casos se complican y entrampan aún más.
Remontar igual de complicado será para Videgaray ante el electorado por la debacle económica y financiera que se vive en el país, por más culpables que se quieran buscar. Ni Grecia, ni China, ni la Fed, ni lo que se acumule; haría que los votantes olviden lo astringente que se va tornando cada vez más el poder adquisitivo de cada uno de los mexicanos, incluso el de los propios empresarios que han rechazado en lo oscurito y dado manotazos por la reforma fiscal que los tiene copados.
Meade y Nuño se estrenan en dos dependencias de gobierno que les dan más posibilidades que a los anteriores por tres razones: Vienen a aplicar nuevas fórmulas –que no a innovar–, cuentan con el apoyo total del Peña Nieto y podrán desde sus encargos, recorrer todo el país con el pretexto de acercarse cara a cara con los actores sujetos de su acción. Meade atrayendo el voto de los más pobres y Nuño lo ha dicho ya, con los maestros del país que suman muchos votos en cualquier elección.
El mismo discurso, el mismo actor, diferentes espacios, Televisión, Radio, prensa, redes sociales; son la fórmula que va posicionando entre los mexicanos a los candidatos a puesto de elección popular. Casi como cantantes en gira promocional.
Es por eso que Nuño además de contratar bonos de infraestructura educativa en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) para llevar adelante la Reforma del rubro, también tiene en sus planes recorrer todo el país.
Acta Divina…El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, anunció que recorrerá el país para dialogar con los maestros.
Para advertir… El PRI está de lleno en la carrera presidencial.
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