El abasto de medicamentos para las instituciones del sector público (IMSS, IMSS Bienestar, ISSSTE, Defensa, Marina y Pemex, entre otras) se ha convertido en un gran negocio para los morenistas más destacados y en escasez para los derechohabientes, porque se privilegian las ganancias ilícitas de estos personajes, antes que la salud de los mexicanos a quienes de dientes para afuera dicen servir.
Es así como, con el manto protector de la dirigencia de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador que ahora dirige su hijo “Andy” López, pero también de la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México, cuya nueva titular Bertha María Alcalde ocupó recientemente un puesto clave en COFEPRIS, el ya no tan joven Amílcar Olán, como El Cid Campeador, sigue ganando batallas, pero de muchos miles de millones de pesos.
Veamos: Durante el sexenio anterior se facilitó la entrada de empresas farmacéuticas de China y de India a nuestro país con registros otorgados al vapor en COFEPRIS, mientras las empresas nacionales y extranjeras serias, de países con los que México sí tiene Tratados de Libre Comercio, deben esperar varios años por esos registros.
La “magia” morenista del negocio hace milagros que agrade$en generosamente los chinos y los indios.
Parecía que el joven Eduardo Clark, flamante subsecretario de Salud encargado por la presidenta Claudia Sheinbaum de licitar la adquisición de medicamentos iba a enderezar toda la corrupción que persiste en el Sector Salud, pero …
Y es que para esa que se considera que es la madre de todas las licitaciones de medicamentos Clark invitó en principio a Empresas Mexicanas y de países con los que tenemos tratados comerciales.
Pero al final alguien “desde arriba” le torció la mano o el rabo y le dio entrada a registros con fabricación China o India controladas por el clan Tabasco Nueva Generación.
Estas empresas, con uno o dos empleados en México, venden, cobran y se llevan toda la lana, mientras los mexicanos se quedan como el chinito… ¡no más milando!
A ver si esto de los chinos no le trae a la Presidente Sheinbaum más problemas con Donald Trump.