Por Ricardo Burgos Orozco
Hace unos días en una farmacia de conocida cadena escuché a una persona que estaba buscando desesperadamente un antibiótico para su padecimiento y no lo encontraba. La dependienta lo envió a otro establecimiento sin darle mucha esperanza de hallarlo porque “está agotado”, le advirtió.
Apenas el pasado 10 de noviembre el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que su gobierno no va a estar tranquilo hasta que haya abasto suficiente de medicamentos “hasta los más difíciles de conseguir”. Sin embargo, ya pasaron más de dos meses y el problema sigue sin visos de solución.
El Instituto de Salud para el Bienestar Insabi) difundió recientemente un comunicado nada creíble en el que aseguraba que está garantizado el abasto de medicamentos para el Sector Salud, incluyendo oncológicos que se usan para el tratamiento del cáncer.
Mientras tanto, un grupo de padres de familia con hijos que viven con cáncer se siguen manifestando en diferentes lugares ante la falta de los medicamentos. Y no son los únicos enfermos que tienen problemas para adquirir fármacos especializados porque también están quienes padecen diabetes, lupus, epilepsia e hipertensión, entre otros.
El Colectivo Cero Desabasto, integrado por 47 organizaciones, presentó hace unos meses el Mapeo del Desabasto de Medicamentos en México. Reveló una reducción del 52 por ciento del número de consultas, se triplicó el número de recetas sin surtir de cinco millones en 2019 a 15. 9 en 2020 y disminuyeron los procedimientos quirúrgicos 33 por ciento. Por ello, miles de personas han tenido que suspender sus tratamientos; tal vez, miles ya fallecieron como consecuencia de eso.
¿Cuál es la razón del desabasto de medicamentos? Desde 2013 hasta 2018 las compras en México se realizaban a través de un proceso llamado “Compras Consolidadas”, organizado por el Instituto Mexicano del Seguro Social.
El presidente López Obrador designó en 2019 a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para realizar todas las compras públicas del país, incluso medicamentos. Más tarde, esa facultad recayó en el Insabi, pero ante la lentitud de sus resultados, autorizó a instituciones y hospitales realizar adquisiciones directas.
Las empresas distribuidoras que antes tomaban parte en la comercialización, fueron vetadas por el gobierno para participar, acusadas de actos de corrupción, aunque a la fecha no se sabe de alguna investigación al respecto.
Los responsables del Sector Salud, llámese el secretario Jorge Alcocer, el titular del Insabi, Juan Antonio Ferrer o quienes estén a cargo, deben echarle muchas ganitas a la falta de medicamentos antes que su jefe, el presidente López Obrador, tenga que cambiarse el nombre como lo prometió el 25 de noviembre pasado si no resuelve el desabasto.