Aunque pese
Por Salvador Martínez G.
En su toma de protesta, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo tuvo el tino de ofrecer garantías a las inversiones nacionales y extranjeras en México, con lo que genera confianza en el sector privado.
“Lo digo con toda claridad: tengan la certeza de que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras en nuestro país”, dijo enfática la jefa del Gobierno Federal.
Para quienes tenían dudas, sostuvo que “habrá Estado de derecho, la reciente Reforma Judicial significa más autonomía”, con lo que busca despejar los temores de los empresarios por sentencias parciales de parte de los jugadores.
Otra buena señal ofrecida por la Primera Mandataria en materia económica fue que se mantendrá la autonomía del Banco de México, con una política fiscal responsable y una proporción razonable entre deuda pública y Producto Interno Bruto.
La reacción a su primer discurso fue positiva en el ánimo empresarial, reflejado en un mejoramiento en la cotización del peso con relación al dólar que del martes a hoy ha disminuido a 19.38 pesos por divisa verde, 40 centavos más bajo que su apertura del día primero.
Contrario a lo que algunos pensaban las palabras y los ofrecimientos de CSP se dirigieron a calmar el nerviosismo de los mercados incluso en torno a la posición de México sobre el T-MEC respecto al cual ofreció “aprovecharemos las relaciones del tratado comercial con EU y Canadá para seguir impulsando la relocalización de las empresas, mientras se promueva el desarrollo regional con bienestar y cuidado al medio ambiente”.
Se pretende una buena relación con los hombres del capital, los mismos que en la administración de López Obrador mucho se quejaron, pero mucho más ganaron. La intención es caminar juntos para beneficio de todos, generar riqueza, crear empleos y disminuir la desigualdad. Veremos.
SUSURROS
En el ámbito internacional, la situación es cada vez más delicada, especialmente por la escalada de violencia en el conflicto de Israel con las naciones árabes.
De nada han servido los esfuerzos por evitar la extensión de la conflagración bélica impulsada por algunas naciones cuando el Primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sólo se ocupa de incrementar los ataques contra sus vecinos y ahora su Ministerio de Exteriores llegó al grado de declarar al secretario general de la ONU, António Guterres, persona non grata y le prohibió entrar a su país.
Este es el grado de obcecación del gobierno de Israel que tiene al mundo en los linderos de la Tercera Guerra Mundial.
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