Yo Campesino / Sin gobierno
• Metido en su rollo, telarañas, ambiciones y revanchas el Ganso olvida gobernar
*Miguel A. Rocha Valencia*
La andanada arrecia; el mesías tropical no se muerde la lengua para desviar con acusaciones, casi siempre falsas, la atención de los dramas que vive México y que no le interesan, como tampoco le importa el baño de sangre y muerte en el país.
Lo mismo exige la realización de un plebiscito para gloriarse de la preferencia electoral que personifica y nos dividirá más, que pide crucificar a magistrados del Tribunal Federal Electoral o acusa a ministros de la Suprema Corte que no le son afines pero que tampoco puede someter a la Ley del Ganso por la vía del chantaje y la amenaza de investigar sus “corruptelas” y complicidades con quienes encabezaron otros proyectos políticos.
Les dice corruptos, rateros y autores de atrocidades, como lo hace con clasemedieros aspiracionistas, abogados y cualquier profesional que busque la superación, Para él, quien debe ser premiado con dádivas, limosnas y reconocimiento de la 4T, son los que no buscan crecer por sí mismos, que renuncian a estudiar, trabajar, esforzarse y se alinean en torno a los programas clientelares.
Por eso al caudillo no le importa la tragedia de quienes no tienen para comer, a quienes afecta la caída de los salarios, el incremento de la inflación por arriba del cinco por ciento y no tienen lo suficiente para una vivienda digna. Total, en la cuarta basta con un par de zapatos, un techo para vivir, una muda de ropa y una quesadilla para comer.
Distrae con la falsa discusión en torno al regreso a clases presenciales bajo el falso argumento de que un niño con Covid-19 no contagia a un adulto vacunado. Es decir, no le importa el número de infantes que muera o se enferme.
Al manifestar que a él y su pareja no los contagió su hijo, olvida perversamente que no todos los mexicanos tienen a un sistema de salud público y privado a su servicio ni tampoco viven en un palacio, por el contrario, millones cohabitan hacinados en mini departamentos, que carecen de los indispensables servicios sanitarios y que en caso de emergencia no tienen ni para los más elementales medicamentos. Bueno ni para una consulta en “similares”.
Pero todos a clase, aunque la mayoría de los padres de familia se niegue a hacerlo; una instrucción del Ganso destinada al fracaso y que se intenta disfrazar con un “será voluntario”.
No importa que el miércoles se registrara el pico máximo de contagios en lo que va de la pandemia con 22 mil 711, casi 400 más del récord anterior que fue en enero de este mismo año. Los muertos se acumulan y aumentan día con día; esta vez fueron 727 “oficiales”.
Pero no importa, hay que vociferar contra los administradores de justicia estén donde estén, si no se hincan es que son corruptos, deben ser removidos y poner a los más ignorantes al frente de juzgados y tribunales.
Porque para el profeta de la 4T, todo lo que diga lo contrario a sus dictados, es mentira, ataque y forma parte de un complot contra su proyecto.
De ahí que hablar de saturación de hospitales públicos, o que los médicos manifiesten carencias, resulta una blasfemia que condena el profeta de Palacio Nacional, en tanto que la ausencia de medicamentos constituye una gran mentira golpista por parte de niños, sus papás y los mismos trabajadores de la salud.
Enfermos y muertos por padecimientos aumentan. Los panteones, me consta, registran otra vez, una actividad inusitada. Los crematorios no se enfrían y las fosas y gavetas se llenan todos los días. En menos de dos meses, el panorama sanitario en México se volvió catastrófico.
No importa insisto, hay que glorificar al caudillo y justificar su corrupción, ineficiencias, complicidades, revanchas, soberbia y ¿Por qué no? Su irresponsabilidad. La sociedad, los mexicanos que se rasquen solos.