En un país donde la movilidad social parece estar estancada, el mercado laboral mexicano enfrenta retos y oportunidades, muchos de los cuales son muy conocidos y ampliamente discutidos. Sin embargo, hay un factor que rara vez se toma en cuenta y que incluso podría llegar a malinterpretarse, pero que sin duda es una realidad en nuestro país: los mexicanos, en gran medida, tienen miedo al éxito. La persistencia de la desigualdad socioeconómica y la escasez de profesionales capacitados en áreas STEM (Ciencias, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas) son síntomas de este fenómeno más profundo del que nunca se habla.
Según un estudio de OXFAM México, 7 de cada 10 personas que nacen en hogares de pobreza permanecen en esa condición a lo largo de sus vidas. Esta estadística refleja no solo la falta de movilidad social, sino también un arraigado escepticismo hacia las posibilidades de progreso. A la par, el mercado laboral está siendo reconfigurado por el nearshoring, con más de 100 proyectos y una inversión de 30 mil millones de dólares en sectores como la manufactura electrónica y automotriz, según Deloitte. Sin embargo, el potencial de estas oportunidades choca con una preocupante carencia de talento especializado.
El Foro Económico Mundial proyecta que para 2025 se requerirán millones de profesionales en inteligencia artificial, big data y ciberseguridad. México, sin embargo, no está preparado para satisfacer esta demanda. El número de estudiantes en carreras tecnológicas ha disminuido un 36.1% en los últimos cinco años. Las instituciones educativas parecen incapaces de adaptarse a las necesidades del mercado, utilizando métodos totalmente anticuados que no logran captar el interés de los jóvenes.
Esta desconexión se agrava por una percepción generalizada de que las carreras tecnológicas son inaccesibles, caras o irrelevantes. Muchos jóvenes ven la tecnología como una fuente de entretenimiento, más que como una vía hacia un futuro profesional exitoso. Este estigma debe ser desafiado y reemplazado por una visión de la tecnología como un campo lleno de posibilidades y altos salarios.
La transformación tecnológica de empresas tradicionales y el auge de startups digitales han creado una explosión de demanda laboral sin precedentes. Sin embargo, las empresas enfrentan dificultades para encontrar perfiles capacitados que puedan integrar tecnologías disruptivas y transformar los desafíos en oportunidades. Muchas empresas se ven obligadas a contratar a profesionales en el extranjero debido a la falta de mano de obra calificada en México.
Habiendo trabajado en el sector tecnológico durante muchos años, he visto de primera mano cómo esta carencia impacta el crecimiento y la competitividad de nuestras empresas.
Para abordar este problema, existen organizaciones como Fundación Kooltivo, la cual tengo el honor de presidir. En Fundación Kooltivo nos hemos comprometido a ofrecer capacitaciones tecnológicas completamente gratuitas, certificar a los participantes y ayudarlos a encontrar empleo en empresas que buscan talento calificado. Todo esto se realiza sin costo alguno para los beneficiarios. Nuestra misión es empoderar a los mexicanos con las habilidades necesarias para prosperar y contribuir al desarrollo del país, asegurando que nadie quede atrás, sin importar género, edad o estrato socioeconómico.
Ofrecemos una amplia gama de cursos que abarcan desde paquetería Office hasta automatización, robótica, inteligencia artificial, entre otras áreas avanzadas.
Desgraciadamente, algo que no deja de sorprenderme es que muchas veces la gente no se inscribe a estos cursos a pesar de ser gratuitos. Este fenómeno probablemente se deba al miedo a intentar algo nuevo, miedo a la tecnología, a salir de su área de confort y a la desconfianza en que lo gratuito realmente no tenga costo. Todo esto se traduce simple y sencillamente en un miedo al éxito: tener las herramientas para triunfar a la distancia de un clic y no utilizarlas. En Fundación Kooltivo trabajamos para romper estas barreras, demostrando que el acceso a la educación tecnológica es una herramienta poderosa para transformar vidas y construir un México más competitivo y equitativo.
Los profesionales en tecnología son esenciales para desarrollar nuevas soluciones y mejorar la calidad de vida en un mundo que es cada vez más urbanizado. La vida en las ciudades presenta retos como la movilidad, la gestión de recursos, la sostenibilidad y la seguridad, problemas que lamentablemente se agravan en las ciudades de nuestro país. Según la ONU, para el 2050, el 68% de la población mundial va a vivir en ciudades. Esta urbanización masiva va a demandar soluciones tecnológicas inteligentes y sostenibles para gestionar eficientemente estos retos y asegurar un entorno urbano habitable.
Algo que me queda claro es que la educación necesita una transformación profunda. Debemos empezar a implementar la tecnología en las escuelas desde edades tempranas para que los niños desarrollen habilidades críticas desde el inicio. Además, es imperativo asegurar que todos, incluyendo aquellos en áreas rurales, tengan acceso a internet y tecnología. La educación debe ir más allá de la teoría, se tiene que fomentar la creatividad y la aplicación práctica de conocimientos en situaciones reales.
Las empresas y el gobierno tienen que trabajar juntos para cerrar la brecha de habilidades y promover programas de capacitación y desarrollo profesional en áreas tecnológicas. Solo así podremos enfrentar los retos del futuro y construir un México más avanzado y equitativo.
Los mexicanos no debemos tener miedo al éxito. La tecnología nos ofrece un camino claro hacia el progreso económico y social. Invertir en educación tecnológica y fomentar el interés por las carreras STEM desde temprana edad es crucial para asegurar un futuro próspero. La transformación del mercado laboral es una oportunidad que no podemos permitirnos desperdiciar. Es hora de que México abrace el cambio y se prepare para liderar en la era digital con determinación y confianza.
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