Claudia Rodríguez
Hoy inicia la era Trump. Terminó el momento de la transición y las advertencias que a los mexicanos con sólo la amenaza formal del arribo de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, nos salió muy cara.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, dedicó parte de su tiempo como jefe del Ejecutivo, a atraer inversiones al país y si acaso, en cuanto al tema laboral que no fiscal; sería uno de los contados aciertos de Peña, con todo y que la mano de obra en México se paga con salarios de miseria.
Pero con sólo la certeza del triunfo de Donald Trump sobre la demócrata Hillary Clinton rumbo a la Casa Blanca en Washington D.C., la economía mexicana y la paridad del peso frente al dólar sufrieron serios estragos que aún no tocan fondo y por un amplio margen, al igual que desató una interrogante sobre el futuro de millones de migrantes mexicanos que residen en Estados Unidos y amenazas sobre las remesas que envían los connacionales.
Hoy, desde múltiples regiones del mundo, los ojos, el oído y la agudeza analítica, están pendientes del juramento constitucional de Trump como presidente número XLV de la Unión Americana, pero sobre todo; del contenido inicial de lo que delinee como acciones de Gobierno.
Ya nos adelantaron a los mexicanos, y se espera escuchara con seriedad el mandatario Peña, que lo inmediato será la renegociación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), para lo que serán convocados en unos días, los gobiernos de México y Estados Unidos. Empero el actual secretario de Hacienda, José Antonio Meade, declarara que con Trump, todo es incertidumbre.
En estos momentos y desde hace semanas, otras naciones delinean escenarios posibles de su relación con los Estados Unidos por la investidura de Trump y sobre todo por su estilo rabioso para actuar y seguro para gobernar, sobre todo calculando la posible conformación de un nuevo orden mundial; pero en México estamos como en un cuarto oscuro, esperando que Trump, dé más pasos voraces para reaccionar, como si fuéramos los peleles que el describe, odia y contra los que seguirá arremetiendo.
La verdad, es que el atacado y vecino sureño de Estados Unidos, no tiene ni respuesta ni estrategia ante el Gobierno de Trump, que no alinea a ningún latino como funcionario. Pero incluso, si Peña exhibiera una táctica real, concisa de acción para interactuar de tú a tú en términos políticos y económicos con Trump; el primero ya no tiene ninguna legitimidad, ni respaldo de la sociedad mexicana.
Acta Divina… El presidente de México, Enrique Peña Nieto, ante el arribo de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos; señaló: “… de lo que será mi principal ocupación, que es velar por los intereses de México en los distintos ámbitos de la relación bilateral y esto empezará a trabajarse a partir del día de mañana”.
Para advertir… Si no ha podido con lo doméstico…
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