La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Ante el fracaso, es mayor el padrón de culpables que el de los programas sociales
El país está roto, pero no sólo en términos políticos, sino, en cómo se percibe la realidad.
El problema radica, en que todos los comentócratas de café podrán estar mal, sin embargo, que el principal responsable de dirigir los destinos de la nación viva en un mundo paralelo, es como para que le bajemos unas rayitas a nuestra ‘boyante felicidad’.
Si hay una estadística, avalada por una prestigiada universidad, tomada como referencia en todo el orbe, que señala que el índice de letalidad en México por el COVID19 es de los más altos, el señor presidente se indigna y sin ofrecer argumentos, dice que es mentira.
El Tlatoani considera, que el hecho de que el diario Reforma haga eco del dato, es amarillismo, lo cual demuestra su intolerancia. Si el mentado índice es alto en México, debido a los fenómenos de comorbilidad, al déficit de hospitales y a la mala planeación, no todo es culpa del tabasqueño, pero él lo toma como un complot contra su gobierno.
Lo mismo ocurre con las habladas que lanza con la medición del PIB, como no lo favorecen, no sirven, pero otro gallo cantara si estuviéramos creciendo al 4% anual.
Ante las dificultades, resultado de los problemas estructurales, a lo que se suma la mediocre gestión actual, AMLO se fuga de esta dimensión y no acaba de entender, que el poder está bajo su control, para muchas más cosas que hacer consultas a mano alzada.