LOS CAPITALES
Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
El nearshoring no solo ha traído una fuerte demanda industrial, sino la oportunidad de aprovechar la situación geopolítica, atraer mayor inversión extranjera directa y producir aquí una creciente ola de vehículos eléctricos y autónomos que requerirá el mundo. Así lo consideran empresarios del sector automotriz, eléctrica, de electrodomésticos y metalmecánica, y confían que México seguirá creciendo como país en el rol global, siendo el principal socio comercial de Estados Unidos y con las proyecciones del FMI de que ya es superior a España y está muy cerca de rebasar a Rusia.
Lo anterior se comentó en el marco del Simposio Inmobiliario, organizado por la Cámara de Comercio de la Ciudad de México, en donde Sergio Pérez Castilleja, executive managing director de Newmark, dijo que México tiene un gran potencial para convertirse en una de las fábricas más importantes del mundo, principalmente para las industrias de manufactura. Recordó que “en 2021 y parte de 2022, la industria automotriz, que ha sido el motor de México, estuvo parada totalmente por la falta de microchips. Lo que nosotros hemos visto en foros internacionales es que el nearshoring va a demandar más de 10 años, por todos los ingredientes, que en la parte automotriz se liberaron. Además, vienen dos fenómenos fundamentales: los coches eléctricos y los autónomos que van a cambiar totalmente toda la base de ensamble y de proveeduría, lo que representa una oportunidad inmensa. México está preparado para convertirse en el principal sector manufacturero, con una producción y proveeduría diferente para la que estamos listos”, apuntó Sergio Pérez Castilleja.
Agregó que la relocalización de las empresas asiáticas en México ha hecho que la demanda de espacio industrial supere sustancialmente la oferta de producto inmobiliario a nivel nacional, lo que es un reto fuerte y una gran oportunidad. Señaló que, si bien la vacancia en el mercado industrial a nivel nacional está llegando a cifras de récord, se trabaja en proyectos hechos a la medida y, ante el gran reto, México está respondiendo de manera importante.
En su ponencia “El nearshoring y la industria”, Sergio Pérez, apuntó que hoy en día es mucho más importante el rol de un asesor inmobiliario serio y especializado, ante los factores reales, retos importantes, pero oportunidades mayores. “Uno de los grandes desafíos es la baja disponibilidad de vacancia industrial del 1.5%, que es histórica. Los desarrolladores que llegan a México necesitan tener la asesoría correcta para tener la nave en tiempo, forma y presupuesto. Si uno llega con demasiada prisa y mala asesoría, corre el riesgo de estar en zonas complicadas, que la electricidad se tarde 6 meses en llegar o, incluso, no llegue, o que la construcción sea de mala calidad, etcétera. Por ello, hay que hacerlo con mucho cuidado. Hay tierra en el país, pero otro de los retos es que hay poca tierra con infraestructura, especialmente eléctrica”, advirtió el executive managing director de Newmark.
Nueva alternativa para invertir, anuncia Forandra Capital.
La administradora de activos especializada en inversiones alternativas y disruptivas, anuncia el lanzamiento de “Activist Fund 1”, el primer fondo que permitirá a inversores mexicanos exposición al activismo financiero global, un nicho de inversión que impulsa el cambio positivo de las compañías que cotizan en el mercado global de valores.
Los inversores activistas, también conocidos como accionistas activistas, compran una participación relevante en una empresa que consideran de bajo desempeño y luego ejercen sus derechos para influir en la administración y la junta directiva de esa empresa, para realizar cambios que conduzcan a generar mayor valor a los accionistas de la compañía.
¿Cómo funciona el activismo financiero?
El activismo financiero parece muy simple, pero en realidad es un proceso complejo que requiere una gran visión estratégica en cada paso.
Para empezar, la primera tarea consiste en identificar empresas extranjeras que coticen en la bolsa, y que éstas hayan mostrado un bajo rendimiento en el valor de sus acciones. Una vez seleccionada la compañía, siguen tres poderosos pasos:
El activista compra una parte considerable de las acciones de la compañía. Usualmente el activista adquiere entre el 1% y el 10% del valor total de las acciones de la compañía.
El activista presenta un plan de acción con el cual tiene la intención de influir en las decisiones estratégicas de la compañía que pudieron haber causado un bajo desempeño, basándose en un diagnóstico de cuatro puntos clave: asignación de capital, gobernanza, factor ambiental-social y el desempeño operativo.
El activista abandona su posición una vez que los cambios se hayan reflejado en un aumento en el valor de sus acciones y elevado el rendimiento de la compañía. Los socios de Forandra Capital apuntan a una Tasa Interna de Retorno (TIR) superior al 15% en dólares americanos. En la actualidad, los inversores activistas se perciben como inversionistas de alto valor: ganan las compañías, gana el mercado y ganan sus accionistas.
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