José Alberto Sánchez Nava
“En el terreno político, el autoritarismo busca reprimir las voces disidentes con un supuesto derecho de réplica al margen de la legalidad, mientras que el totalitarismo va un paso más allá al intentar erradicar cualquier pensamiento contrario mediante el adoctrinamiento y la remodelación cultural.”
1.- En los anales de la historia mexicana, el futuro parece oscurecerse con cada paso dado hacia la consumación de un Estado donde el poder presidencial se eleva a la cúspide, mientras que las instituciones democráticas y judiciales se desvanecen en las sombras del olvido. La reciente iniciativa presidencial en materia de reforma judicial, y que se ha convertido en el postulado de la continuidad del proyecto de la 4T hacia las próximas elecciones, es el último clavo en el ataúd de la independencia judicial y la pérdida de derechos fundamentales para los ciudadanos.
2.-Desde un enfoque orgánico, la iniciativa propone cambios draconianos que reducirían la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a un mero espectro de su antigua grandeza, con solo 9 integrantes y la eliminación de sus Salas. Este movimiento estratégico coloca al presidente de la República en el centro del proceso de nominación de ministros de la SCJN, magistrados de Circuito, jueces de Distrito y magistrados del Tribunal Electoral, otorgándole un poder decisivo y comprometiendo la independencia judicial de manera irrevocable. Un negro panorama para la sociedad la cual se encuentra frente a la corrupción criminal respecto a la inseguridad pública, jurídica y social, ante una impunidad delincuencial ordenada por quien ejerce ese rancio presidencialismo que pretende tomar el control de los tres poderes que conforman el Estado Mexicano.
3.-El establecimiento de un Tribunal de Disciplina Judicial, bajo la sombra del Ejecutivo Federal, actuaría como un instrumento de coerción para silenciar cualquier atisbo de disidencia entre los jueces federales, perpetuando así el control autoritario sobre el sistema judicial. La ilusión de “elección directa” propuesta por la iniciativa no es más que un ardid para otorgar al presidente un poder absoluto sobre la designación de jueces, dejando de lado cualquier vestigio de supervisión del Senado y abriendo la puerta al populismo judicial.
4.-Funcionalmente, la iniciativa restringe los poderes de la SCJN en casos de inconstitucionalidad y amparo, mientras ignora los verdaderos focos de corrupción y falta de justicia en las fiscalías y organismos de investigación del país. La ausencia de medidas para fortalecer la capacidad de investigación de delitos, la ineficacia de las fuerzas policiales y la falta de habilidades jurídicas para procesar eficientemente casos penales, revela la verdadera intención del gobierno: consolidar su control sobre las instituciones sin abordar los problemas fundamentales que corroen la justicia en México.
5.-Peor aún, la iniciativa sugiere la persistente intención del presidente por eliminar el Instituto Nacional Electoral (INE), otro bastión de la democracia mexicana. Es un proyecto motivado por la venganza y el rencor, cuyo único objetivo es erosionar las bases de la democracia constitucional y el equilibrio de poderes.
6.-En este crítico momento, los ciudadanos mexicanos enfrentan una encrucijada histórica: defender la democracia o sucumbir ante las garras de la dictadura. Es un llamado urgente a la acción, un momento definitorio que marcará el destino de México para las generaciones venideras. La lucha por la democracia y la libertad es ahora o nunca.