HORIZONTE DE LOS EVENTOS.
Novela de Enrique González Pedrero.
¿Quién es el verdadero AMLO? No soy el primero en formular la pregunta y seguro, no hay una sola respuesta. No obstante, entenderlo, significa aproximarnos, y eventualmente, anticipárnosle, a su comprensión de poderoso Usumacinta, cuyos raudales han inundado toda la República Mexicana y avanzan arrastrando todo y a todo el país, allá donde sólo él alcanza.
No he visto entre los psiquiatras y psicólogos que publican (menos a Juan Ramón), alguien que nos explique su personalidad, pues a final de cuentas, es un hombre que viene haciendo lo mismo desde hace 50 años.
A veces abarca más, pocas veces menos. Lo cierto es que ha ido incorporando otros riachuelos, arroyos, ríos medianos, regando valles a sus alrededores. Y regando agua, mucha, insalvablemente desperdiciada, despeñada. Y tirada, más exactamente. Y ríos Grandes, los más Grandes… No todos, hay mucho para crecer.
Los ríos más altos, que lo ven para abajo, los más grandes y viejos, que corrieron lava, antes que agua, sabios, ven fascinados, de río a río, de hombre a hombre, lo que ha hecho. Pero no ha de llegar. No así. Allá tenemos suficiente agua. Allá los ríos no corren naturalmente, muchos corren para arriba. Otros corren por abajo. Uno.
Y dos, los ríos y los valles, no lo son todo. Y lo digo así de claro, para el agua que tenemos, no esperamos, ni necesitamos de lluvia. Su reto ahora, señor presidente, es subirse a otra liga.
Usted es el río que da de beber vertiendo como cien usumacintas sobre más de 60 millones de mexicanos ¡Por eso es Presidente! Pero es Presidente de 120 millones, o 70 millones más, que queremos más que agua. Que por el solo hecho de ser nuestro presidente, a su proyecto y gobierno, debe integrar también nuestras exigencias y necesidades ¡Usted también, integrarse a nosotros, porque también nos representa!
Aquí no habrá aluviones, no se requieren abluciones ni se practica la ablación. Verá usted: Aquí no hay cómo haya más ríos.
Pero sí requerimos de nuestro presidente y el México que usted gobierna, no es ni la mitad de los que somos. Y lo afirmo, en nombre de los muchos valores, que usted manifiesta a diario, que son mis valores. Sería extraño que no fueran, exactamente, los mismos. Perenes. La mayoría de “nosotros” somos ciudadanos valientes, amamos a nuestras familias y las cuidamos. Tratamos a cada momento, de ser los mejores, sencillamente, de nosotros mismos. Ni recibimos el dinero en la mano, sino de quien lo debía, o para revitalizar profesionalmente, por encargo o acuerdo, de algún servicio profesional.
Nos gusta crecer, que haya y tengamos más cuando nos vayamos, que cuando nacimos. Eso, señor Presidente, social y públicamente, aunque profundamente familiar e individual ¡Qué bonito sería para nosotros, que cada generación, todos o al menos los que queramos, que aseguro que somos suficientes para mantener a los que no son productivos -sin distinción.
Que hubiera una dotación de empleos, suficiente para los demandantes. Y opciones para los no demandantes. También, bien calculados. No pasa nada, sí se puede. Queremos que nos deje intentarlo.
Pero queremos platicarlo. Queremos colaboración, integración, diseños de políticas públicas acordes. No debe haber temor. Pero no mentir. El respeto, derechito. La palabra, sagrada.
Queremos reconocimiento y queremos reconocerlo. Las tres acepciones están corroboradas, en su validez, impera la lógica y el pragmatismo.
La inteligencia, la voluntad y la necesidad de jugar y ganar el Partido, nos enseñó desde la primera infancia, a los de educación pública, que uno podía llegar a la esquina, rebotando la Spalding o sin ella, ver los seis del 21 Americano, jugando y dos sentados en las macetas. La mente del basquetbolista que quiere jugar una cascarita, de inmediato identifica que son una “reta”, esperando que termine el partido para entrar a jugar. Y muy posiblemente, deseando que llegara un tercero, para completar una reta.
Un tercer equipo, mejor nivel competitivo, ¡Y esto! Tres que aprendimos que ganar un partido, no depende ser puros conocidos. Fuera de palomillas, grupillos, a lo mejor, disidentes del Club de Tobby. No queremos chamba.
Es evidente que no hay comunicación. Y créalo, Sr. Presidente, aun desconocidos, podemos ganar muchos partidos. Dos cosas se requieren, querer ganar y respetar las reglas del “librito”.
Y ambos tenemos proyectos, que mas de uno serán complementarios. Como dijo un amigo de Telmex, no el suyo, que la facturó millones de veces: “Hablando se entiende la gente”.
Estoy cierto que más pronto que tarde, estaremos sentados buscando multiplicar nuestras fuerzas. Le aseguro que será más fuerte. Que su prestigio crecerá y no tendrá qué defender violadores, ni su Partido desorganizará más a sus electores.
Morena puede ubicar y conocer cada uno de los 30 millones que votaron por usted, con cara, nombre y domicilio, que en tres dirigentes, a ninguno siquiera se le ha ocurrido; Que la selección de candidatos, con un padrón interno, será más fácil y legítimo. Tendrá una comunicación social que hoy tampoco tiene (y estoy hablando sólo de usted, con su Partido) comunicación con la base, verdadera audiencia pública, no controlada: de ahí, señor presidente, viene la información.
Quizá en el próximo proceso (si hay otro, para Morena), la selección de candidatos no admita manos largas, violadores ni pederastas, Sr. Presidente: ¡Un desatado sexual por cada Cámara! ¿Le gustaría estar seguro que entre sus filas, cuadros y representantes políticos, no haya violadores, manos largas ni pederastas, pues hay que revisar en las Cámaras, primero que nada, a los cuates del Dip. Huerta. Porque en la Cámara Alta, están ya todos, bien identificados… Incluso hay grabaciones del senador panista de Vaca, con flamante senador de la 4T.
El conocimiento de su biografía, nos aproxima al sentido de su futura acción y aunque evidentemente lee poco, es un hombre que, con lenguaje primitivo, más propio del 70’s, quizá, ha sabido construir canales de comunicación, con un pueblo analfabeta que, por así decirlo, dejó de ir a la escuela -también en los 70’s.
“¿Quieres conocer a un hombre?” -muy joven, me formaba mi padre-: “¡Dale poder!”, con ocasión de un modesto hombre que estaba al frente de un improvisado estacionamiento de feria de pueblo, que evidenciaba su autoridad, dirigiendo a los conductores con energía y la voz de mando castrense.
Así puedo descubrir la semilla anti régimen y antiestado. Y más que una actitud y comportamiento antilegal y francamente delincuencial, desde su origen como vocación política, en la violentación de la propiedad federal y la trasgresión del orden legal en general. La tesis: “Si la Ley no es injusta, desobedesérsele”.
Pero después de aquello, de los indios de la Chontala, de las casas del adobe aquel, con que enseñaba el joven delegado del INI a los chontales, a construir sus propias casas, la “nueva” joven esperanza tabasqueña tuvo un padrino (“porque el maestro aparece, cuando el discípulo esta listo”), y de lujo: Enrique González Pedrero, ni más ni menos, un espécimen notable, líder político, excepcionalmente ideológico, de lo más dotado y acuñado por la Revolución Mexicana.
González Pedrero, es el responsable de hacer de Andrés Manuel, un político (aunque tendiente a la simulación y al retador desconocimiento de la autoridad y del orden jurídico aplicable), completo para su primera etapa al servicio del Sistema Político Mexicano, como presidente del PRI en Tabasco, y allí no volvió a invadir pozos ni propiedad federal, no encabezándola él mismo…
Hasta que nuevamente la oposición encontrara en el gobierno en funciones, el pretexto: ¡casi 25 años después! Cerró Reforma: “que los tiempos han cambiado”, para él no, igual que en los 80’s, ni un expediente se abrió en su contra… Entonces constituía delitos a cada paso. Hoy le vasta su monólogo, la breve interlocución, todo es oportunidad para recordar cómo “violaron la Constitución”, fulano y zutano, perdóneme, señor presidente, ellos actuaron con cuidadoso apego al estricto derecho.
No violaron ninguna norma, ni fue una acción personalísima en contra de Morón, de Salgado ¡Ni contra usted, señor presidente! Se aplicó estrictamente el derecho. No hubo necesidad de interpretar, el legislador que redactó dicho artículo, lo hizo magistralmente. No tenía duda del bien jurídico qué tutelar: ¡La Rendición de Cuentas. No importa un peso, no, diez millones, en primer término, informar, de todo bien público y privado personal, familiar y de la empresa que se maneje, en este caso: en precampaña.
La Rendición de Cuentas, es la verdadera posibilidad del ciudadano, para verificar la honestidad de los hombres públicos.
El devenir de don Enrique quiso que allí, en la gubernatura de Tabasco, se sellara su destino político, rompiera en 1988 con Salinas, renunciara a la gubernatura y se fuera desterrado del país a la Embajada de España, donde tuve la suerte de convivir con él. De cuyas conversaciones emanan muchas de mis aseveraciones -que de todas formas, no son concluyentes…
Adicionalmente, sólo apuntaré del autor de “México, país de un solo hombre”, que dentro del ámbito de lo que nunca sabremos, está el hecho de que, habiéndosela jugado el gobernador González Pedrero con el Secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari, para la Presidencia, quien al ser destapado, el 5 de octubre de 1981, invitó al gobernador a dirigir el IEPES, órgano del Comité Nacional del PRI, de carácter intelectual, centro informativo y científico, que 6 años antes, el propio Charly Salinas presidió en la campaña de Miguel de la Madrid -o sea, el puesto consentido y hereditario- y del que, pese a ser el titular en campaña, haber trabajado el grueso de relacionar las demandas recabadas de la población y de todo el Territorio Nacional, para hacerlas el presupuesto de Egresos de la Federación, tarea formidable, mas no la única. Y a la toma de posesión, Salinas no disponía ya, de la S. de Gobernación, para su viejo maestro.
Y aunque se dijo que le había ofrecido la de Educación Pública y que González Pedrero no la aceptó, Salinas no lo soltó (“pero más cerca a tus enemigos”): lo mandó a enfriarse a Madrid -y se le veía bastante aburrido-; con ello Camacho adquirió notoriedad estratégica en la “familia feliz”;
La quiniela: ¿qué habría sido de Andrés Manuel si Salinas hubiera designado a González Pedrero en Bucareli y no a Gutiérrez Barrios? ¿Hubiera sido presidente en lugar de Fox, o de Felipe? Por esta otra vía, ¡de todas formas! Shingón el Presidente, ni quien lo diga: destinado a la grandeza de la Primer Magistratura.
El camino que le fue posible, es el que todos conocemos, en el que lo hemos visto crecer y en el que mostró la gallardía de su convicción, luchando 18 años por la presidencia, hasta atinar.
Y sí, dijo lo que nadie más decía. Y se aplicó a las cosas fundamentales del pueblo, lo que por principio, los partidos políticos, ya no atendían y desconocían. Y ganó pueblo, cada vez más.
Ya tiene el poder, ya tiene una inmensa mayoría, ya tiene presencia determinante en todos los órganos colegiados ¿Por qué tiene qué mentir? ¿Por qué tiene que violentar el mandato constitucional? Si tiene para modificarlo.
¿Será que le dieron poder y volvió a él su desconocimiento del orden legal y como cuando invadía pozos, pretende la ley suplantar con su parecer y con su voluntad?
Este que tiene el poder y no el de campaña: el Presidente es el verdadero Andrés Manuel.
*Ensayo profundamente histórico, aunque novelado, que González Pedredro escribe sobre Santa Anna; Que en los 90’s, producto del inmenso poder adquirido par Salinas, y por el pique entre ambos, se decía que Don Enrique lo había escrito para criticar el “podercentrismo” absorbido por el presidente en funciones; ¿Pero cómo no especular que haya sido profético, inspirado de su pupilo, Andrés, que ha llegado muy lejos y por lo visto, no se tiene pensado detener -ni dejar de absorber: México, país de un solo hombre.