La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Como son diferentes no es un tema de inmoralidad, sino, de reflejos condicionados
Más allá, de que la candidatura de Ricardo Mejía será testimonial, el hecho de que no cumpliera con la voluntad del señor, le valió ser defenestrado de la 4T, López Obrador lo acusó de irse sin avisar y Mario Delgado, de ‘morder la mano’ del patrón, peor imposible.
Sin embargo, en este mismo contexto, otros personajes que han sido objeto de severos y documentados señalamientos, gozan de la protección del manto presidencial por una sola razón: guardan lealtad ciega (conveniente dirían otros), al Tlatoani. Veamos.
Si la refinería de Dos Bocas, se disparó en costos de ocho mil a 22 mil millones de dólares (y contando), el tabasqueño enfurece y, a priori, deslinda a Rocío Nahle de presuntos manejos torcidos en la construcción de las instalaciones.
Por otra parte, un comité de la UNAM, demuestra que la ministra Yasmín Esquivel plagió su tesis de licenciatura y, en lugar de pedirle que renuncie, el presidente lanza furibundos ataques al rector de la Máxima Casa de estudios, con tal de arropar a su protegida.
Es el mismo caso en SEGALMEX, hay evidencia de malversación de fondos (en mayor medida que la Estafa Maestra del peñato) y, la respuesta, es remover a Ignacio Ovalle a otra posición, ni por asomo lo investigará la FGR.
Con el tema del Metro es igual, si hay percances, es sabotaje de la oposición, no falta de mantenimiento, además, sí la CFE no puede con los apagones, le echan la culpa a la quema de pastizales. En fin, podríamos poner muchos ejemplos, pero con estos botones basta.
En estos tiempos, cualquier cosa es tolerada, menos ‘morder la mano’ que mece la cuna.