Documental Político
Emilio Trinidad
Colocándose ellos mismos la mordaza para no criticar ni de mínima forma al Presidente Andrés Manuel López Obrador, dos primos segundos, Ignacio Mier y Alejandro Armenta Mier, pretenden conquistar la tan ansiada gubernatura del estado de Puebla, en una precampaña que inició justo al otro día de la muerte de Miguel Barbosa Huerta.
Uno presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados y el otro presidente de La Mesa Directiva del Senado, ambos de origen priista y experimentados políticos y ex funcionarios de alto nivel en su entidad natal, hacen todo cuanto está a su alcance para lograr las simpatías del señor del palacio, sabedores que será ahí, y no en una supuesta encuesta de Morena, donde saldrá el iluminado por el tabasqueño para ser candidato de ese movimiento al gobierno estatal.
Desde luego influirá -para bien o para mal- el número de aciertos, desaciertos, seguidores, desempeño, solvencia moral, humildad y honorabilidad, entre muchos otros aspectos que sin duda serán tomados en cuenta, pero será la cercanía, confianza y empatía con López Obrador lo que pesará cuando en Morena surja el candidato.
Ambos políticos han cuidado hasta el exceso, no provocar la menor molestia en el de Macuspana para ganarse el boleto a Casa Aguayo, y no importa si para ello, dejan de ser representantes del Poder Legislativo para convertirse en simples empleados domésticos del gobierno federal.
Alejandro Armenta no ha sido recibido por el Presidente de la República, mientras que Nacho Mier ha ido tantas veces a Palacio Nacional, que parece un auténtico y fiel subordinado del Ejecutivo federal.
A uno le pesa su pasado cercano al corrupto “gober precioso” Mario Marín y su cercanía con el talentoso senador Ricardo Monreal, mientras que al otro la sospecha de turbios negocios y el erróneo desempeño de su hijo al frente de la alcaldía de Tecamachalco.
Los dos le apuestan a grandes desbandadas del PAN y del PRI para sumar adeptos a sus proyectos y arman sus estrategias y suman colaboradores.
Aunque digan lo contrario, no le tienen ni afecto ni respeto al gobernador sustituto Sergio Salomón Céspedes Peregrina, y menos a las intenciones que tiene éste de impulsar como candidato a su secretario general de gobierno, Julio Miguel Huerta Gómez, que ha venido ganando terreno en las cotidianas apuestas y sondeos que evalúan y califican a los aspirantes.
Ignacio Mier confía en el apoyo del secretario de Gobernación, Adán Augusto López; del director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, y de lo mucho que pueden hacer por él las experiencias políticas y seguidores de Enrique Dóger Guerrero y Fernando Manzanilla, y para los temas de comunicación, aprovecha la larguísima y exitosa carrera en medios de comunicación y el periodismo del gran Fernando Crisanto.
Por su parte, Alejandro Armenta también ha buscado lograr la total confianza de Adán Augusto López Hernández, le hace ojitos a Claudia Sheinbaum, tiene la confianza ciega de Ricardo Monreal Ávila, le ayuda la experiencia y talento de Javier Sánchez Galicia, y por si no resulta, coquetea con los panistas Marko Cortés y con el que para éste, no es de fiar, Eduardo Rivera, alcalde por segunda ocasión de la capital poblana, para ver si por ahí resulta el candidato de una alianza entre ellos y lo que subsiste del PRI y del PRD, donde con Jesús Zambrano ha tenido pláticas.
El caso, como sea que lo defina el Presidente, sacará chispas por la misma confrontación de los suspirantes, y porque en una de esas, si la decisión de López Obrador es que sea una mujer la candidata, no sería Claudia Rivera Vivanco, ex alcaldesa de Puebla, sino la secretaria de Economía, la empresaria Olivia Salomón, que espera pronto los servicios del excelente comunicador Carlos Olmos Tomassini.
Por su parte la aguerrida Ana Teresa Aranda, panista de corazón y que siempre genera interesantes polémicas, buscará una vez más ser considerada para contender, pero lamentablemente siempre rema a contracorriente.
¿Alguien más?
Sí, otro que en su momento se va a apuntar por el PAN es Javier Lozano Alarcón, político por los cuatro costados, audaz, hábil de palabra, con enorme preparación académica, de cultura excepcional, abogado exitoso, honorable y de gran prestigio, daría a cualquiera de los aspirantes cátedra en un debate.
Javier sería un lujo, un gran gobernador para Puebla, pero su carácter rijoso, entrón y explosivo, le han generado muchos rechazos.
Sin duda Lozano Alarcón con su participación le daría un alto nivel a la contienda.
Eduardo Rivera sabe que se encuentra bien ubicado en las encuestas pero su distanciamiento con Marko Cortés le provoca un obstáculo enorme que le obliga a vacilar si se la juega por el gobierno del estado, con altísimo riesgo de perder frente a un al parecer imbatible Morena, o garantiza un cargo yendo al Senado.
Aún es joven y no le corre prisa.
Falta tiempo pero los tambores de guerra en la bella entidad poblana ya están sonando y saldrán muchos heridos en ese tan esperado proceso electoral.
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