Claudia Rodríguez
La misma fórmula que los priistas usaron para la candidatura presidencial, la pusieron en práctica para posicionar al candidato a Jefe de Gobierno de la CDMX. Se trata de utilizar un no militante pero priista con piel imitación ciudadano; por un lado José Antonio Meade y por otro Mikel Arriola.
Claro que para el caso de la CDMX, llama la atención la propuesta de Arriola de someter a consulta la marihuana recreativa, el tema del aborto, así como el matrimonio y la adopción entre parejas del mismo sexo.
La óptica de Arriola es que esta propuesta será para la mayoría de capitalinos muy atrayente, y todo indica que está perdiendo su tiempo.
Decir que de manera personal está en contra del aborto y de los matrimonios del mismo sexo, no deja muy bien parado a Arriola entre la población de la CDMX, entre quienes hay muchos que se han sentido por fin incluidos, escuchados y atendidos por un Gobierno y un gobernante.
Miguel Ángel Mancera será irremplazable como mandatario de la CDMX porque pese a sus detractores, ha sido hasta ahora tolerante e inclusivo.
A Mikel Arriola le pesa el encanto de Mancera para poner sobre la mesa una propuesta o hasta un proyecto.
No se entiende cual el argumento legal del señor Arriola para decir que las familias de la CDMX claman orden en cuanto a los matrimonios entre personas del mismo sexo, pero sí se advierte que socava con sus declaraciones el precepto constitucional del artículo cuarto de la Constitución Política Mexicana, en el que se señala que “el varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia”.
La familia en la CDMX y en todo el país, tiene composiciones diversas y no por eso se deben tener distintos grados de oportunidades.
Mikel Arriola equivocó el discurso para ser competitivo sólo como candidato para una ciudad vanguardista en la que se reconoce a nivel mundial los avances sociales para su población, qué van más allá de orientaciones sexuales.
Y si de marihuana medicinal se trata, se vuelve a equivocar hacia quien envía sus promesas.
Ni José Antonio Meade, Ni Mikel Arriola se logran conectar con los votantes, porque no se trata de ir en contra de todo lo establecido, y sí, de terminar con ellos mismos quienes pertenecen al mundo de la impunidad y la corrupción, en donde los negocios personales al amparo del dinero público es lo que para ellos cuenta.
Acta Divina… ¡Yo aspiro a ser la voz y la fuerza de todas las familias de la Ciudad que claman orden, oportunidades de mejores sueldos, más fuentes de trabajo y sobre todo vivir con seguridad y dignidad! Y voy a someter a consulta pública todos los temas que han dividido a las familias, afirmó Mikel Arriola.
Para advertir… El tema que une a las familias, es el del PRI saqueador.
actapublica@gmail.com