Cicuta
Jaime Flores Martínez
Utilizados para todo por el presidente Andrés Manuel López Obrador, elementos del Ejército Mexicano se encuentran entre la espada, la pared y el riesgo de perder el respeto de los mexicanos y los habitantes del mundo.
Y es que —del lado doméstico— el presidente echa mano de los militares para habilitarlos como “mil usos”.
Respecto a la visión del mundo sobre el papel del Ejército, el arresto del general Salvador Cienfuegos en octubre del año pasado generó una mancha imborrable en la imagen de las fuerzas armadas.
Es incuestionable que AMLO antepone la lealtad a la capacidad de quienes le rodean y por eso destina a los militares a trabajos de albañilería y a labores de seguridad y hasta administrativas.
Alguien debe decir que muchos militares se sienten humillados porque deben mantener su disciplina militar en la realización de labores extenuantes de albañilería, especialmente en el predio donde actualmente se construye el Aeropuerto de Santa Lucía.
Además, deben “aceptar” (aunque no estén de acuerdo) que apoyan el proyecto político del presidente López Obrador como lo pidió el 20 de noviembre el general secretario de la Defensa Luis Cresencio Sandoval.
Un militar con 15 años de servicio dentro de las fuerzas armadas asegura que durante los últimos 2 años, cinco de sus compañeros de la región militar a la que están adscritos decidieron desertar porque sus superiores no solo les giran órdenes, sino que los humillan.
La semana pasada algún detractor de AMLO hizo viral un video donde el entonces candidato López Obrador asegura que “no podemos aceptar un gobierno militarista” (sic).
“Además, esto no le conviene siquiera a la misma institución”, señala AMLO.
Según el militar aludido, el actual presidente se encarga de cavar la tumba de la institución considerada el brazo fuerte del país y cuyo uniforme proyecta respeto.
Claramente a los superiores les conviene económicamente seguir las ordenanzas del comandante supremo, aunque debe subrayarse que la tropa no recibe prerrogativas, aunque sí humillaciones.
Ah
El presidente anunció en su tercer informe que en enero iniciará el Ejército con el reparto de medicamentos.
Lo ya referido las fuerzas armadas ahora serán repartidores, aunque la pregunta es ¿qué es lo que repartirán?
¿Medicinas? ¡no hay!
Ambulantes
Muchísimos billetes reventarán los bolsillos de funcionarios del gobierno de Tijuana con la renta de espacios públicos para la operación de vendedores ambulantes durante este mes.
Jorge Salazar Miramontes, secretario general de gobierno usa a un personaje identificado como Oaxaco para hacer ese negocio.
Este señor (el Oaxaco) es familiar del secretario de la delegación centro Jorge Aguilar, es decir, están amarrados por todos lados y al mismo tiempo está en contubernio con Salazar.
En tal negocio dejaron fuera al director de Inspección y Verificación Adolfo García Dworak, quien no tiene otra que agachar la cabeza ante su patrón Jorge Salazar y tolerar las burlas del Oaxaco.
Esta temporada, la Catedral de Tijuana estará saturada de vendedores y ahora sabemos quiénes salen ganadores.
Positivo
Qué bueno que a pesar de los malos augurios, la señora Marina del Pilar Ávila Olmeda se asienta en la gubernatura de Baja California.
Con base en el trabajo diario, está mujer cumple con la expectativa de los bajacalifornianos que sin duda se merecen un buen gobierno.
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