Claudia Rodríguez
Instrumento más que parte del equipo
Rosario Robles imputada por el Ministerio Público de la Federación por el delito de uso indebido del servicio público que causó el daño millonario a la hacienda pública, reveló en audiencia inicial lo que tanto negó no sólo ante la prensa, sino incluso frente a los ahora integrantes de la LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados en octubre de 2018, en principio para protegerse ella, pero también al ya para entonces expresidente Enrique Peña Nieto y al propio excandidato presidencial priista, José Antonio Meade Kuribreña. Ahora no resulta tan incomprensible la designación de un hombre casi ajeno a la política para posicionarlo como la carta fuerte del priismo frente a la fuerte presencia de Andrés Manuel López Obrador en la campaña electoral.
En aquella cita en el recinto cameral de los diputados, la exfuncionaria Robles –quien siempre intenta mandar la señal con su vestimenta blanca casi en su totalidad, de su inocencia–, acotó a lo largo de su comparecencia diversos enunciados que dejan en entredicho lo que ahora su defensa legal utiliza como medios de prueba a su favor en el proceso legal.
Que la Sedatu y la Sedesol no acordaron con ninguna de las empresas mencionadas en informaciones de carácter periodístico y que no existía ningún contrato, aunque igual señaló que los que existían con las universidades y con los sistemas estatales eran totalmente legales. Que el dinero no está desaparecido. Que el dinero llegó a las instituciones por un servicio y estas lo entregaron a las secretarías de Estado involucradas. Pero lo más comprometedor es la defensa que hizo en aquél entonces de Enrique Peña Nieto, al que ahora menciona como conocedor de las anomalías vía reuniones privadas del gabinete presidencial y por la línea roja institucional.
No quiere ir sola
Así que al verse abandonada Rosario por quién incluso le asegurará no preocuparse, decidió descubrir las cartas que por tanto tiempo cuidó celosamente como si fueran las que aseguraran su protección, cuando al final han sido las que dibujan su ruina.
Es por eso, que José Antonio Meade, también fue citado en la continuación de la audiencia inicial, al señalar la defensa de Robles que su sucesor en Sedesol fue informado de las anomalías al momento de hacer la entrega-recepción de la administración de dicha dependencia el 27 de agosto de 2015.
El jefe de la mafia
Peña Nieto tiene otros frentes abiertos al ser mencionada un grado de responsabilidad, en los procesos legales de quienes también ha dejado a su suerte, son los casos del ex director de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin y la del abogado Juan Collado.
Lo que lleva a la conclusión de que todas las aseveraciones sobre el gran saqueo que sufrió el país en el sexenio anterior de manera desmedida, no es equívoco.
Por lo que más allá de castigar los crímenes en contra de las arcas de la nación, también se debe exigir la justa reparación del daño, es decir, que aparezca lo sustraído y lo desviado.
Acta Divina… “Rosario, no te preocupes hay que aguantar”, le decía el entonces presidente Enrique Peña Nieto a su colaboradora Rosario Robles en el 2013, debido a que el Partido Acción Nacional (PAN) acusaba a la titular de Sedesol, de participar en una red electoral, a través de la misma secretaria, que buscaba favorecer al PRI en las elecciones locales de Veracruz.
Para advertir… Cuántas reflexiones se habrán agolpado en la cabeza de la Rosario cuando escuchó el auto de vinculación a proceso y la medida de prisión preventiva.
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