Claudia Rodríguez
Ante el ridículo político que el presidente Enrique Peña Nieto protagonizó en la Cumbre del G-20 en Hamburgo, Alemania; es infaltable e imperiosa la pregunta de cuál la resistencia de no ver hacia América Latina y seguir buscando mercados, que no relaciones políticas y culturales hacia Europa e incluso en Asia.
No han sido pocas las voces calificadas que con análisis serios advierten que el camino para México en términos de política exterior, de la consolidación de mercados y por supuesto, de exaltar nuestros rasgos, nuestra cultura y nuestros lazos históricos, es voltear de nuevo y en serio, hacia las naciones de América Latina.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en voz de varios de sus funcionarios ha señaló que a ”México le sería muy útil mirar hacia América Latina y el Caribe” para diversificar su economía y reducir la dependencia que tiene de Estados Unidos”.
Antes de que Donald Trump arribara a la Presidencia estadounidense, él mismo confirmó a México su intención de cerrarle el paso al comercio a México, renunciando al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) en el que nuestro país fincó las tan llevadas y traídas reformas estructurales que aún sin estar en plenitud de sus funciones, a la sociedad mexicana nos han costado no sólo la pérdida de soberanía, sino también de poder adquisitivo, lo que conlleva a que cada vez más habitantes de este país tengan menor calidad de vida si nos ha tocado nacer en los pisos inferiores y medios de la población.
Tiempo atrás, México en el ámbito comercial y hasta político, fue para los países de América Latina, un líder; pero la insistencia de nuestros distintos gobiernos de ver hacia el norte como si eso de facto nos llevara al camino y consolidación del desarrollo, provocó una pérdida de liderazgo, pero incluso; la pérdida de identidad misma y de posibilidad real de negociación entre iguales.
Situación que no sólo ha significado mermas para México, sino también para otros países del sur en América, los cuales las mismas Administraciones mexicanas, dejaron olvidadas.
También distintos gobiernos estadounidenses, han alentado esa desunión de México con países del sur, pues advierten peligroso para ellos el contagio de Gobiernos populistas que han satanizado como un revés total a sus intereses.
Mirar hacia al sur, incluso, nos devolvería la dignidad perdida.
Acta Divina… En el marco de los 50 años del Tratado de Tlatelolco, el presidente Enrique Peña Nieto señaló: “Los buenos amigos destacan en los momentos de dificultad y para los mexicanos ha sido muy emotivo recibir su respaldo, es un gesto que valoramos enormemente, los países de América Latina y el Caribe nos reafirmamos como una región propositiva y comprometida con la paz mundial, compartimos la visión de que las relaciones internacionales deben basarse en el derecho, el respeto y el diálogo, jamás en la intimidación o el uso de la fuerza”
Para advertir… Hechos, no discursos que ridiculizan y ponen en evidencia.
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