Historias para armar la Historia
Por Ramsés Ancira
Pista número 1: Los insultos contra Beatriz Gutiérrez Müller
El concepto de crimen organizado es muy debatible, se le utiliza para encarcelar personas por delitos que no cometieron. Ya sea por la urgencia de los gobiernos para atender como sea, al costo que sea y con todos los chivos expiatorios que sean necesarios, los clamores de inseguridad de los contribuyentes. Aun así, de acuerdo a como están las leyes actuales, la participación de 31 personas en un presunto delito contra las finanzas del Estado, como es el caso de los ex funcionarios de Conacyt y algunos de los pocos, muy pocos científicos a los que privilegiaron, sí es, en principio, crimen organizado.
En el afán protagónico del fiscal Gertz Manero, sin embargo, la acusación se vuelve endeble, una cosa es abrir una investigación, y otra muy distinta que se tuerzan las cosas de tal modo que se le quieran pedir las órdenes de aprehensión a jueces adscritos a prisiones de alta seguridad, reservadas a presuntos delincuentes que cometieron delitos no contra el Patrimonio, sino contra la Seguridad Nacional.
La reacción de la Fiscalía es exagerada y con una enorme torpeza política, al grado de pedirle a la Unidad de Inteligencia Financiera investigar las cuentas de estos funcionarios y de las universidades para las que trabajaban. El titular, Santiago Nieto Castillo, ha respondido de forma coherente. La oficina que encabeza fue creada para evitar que los cárteles tengan la capacidad financiera de contratar mercenarios extranjeros y soldados de fortuna para dominar territorios, como ahora lo hacen.
Si fuera por Gertz, (al que le gusta encarcelar a personas de la tercera edad por “quítame estas pajas”) ya tendrían que estarse cuidando las cooperativas escolares de las primarias, no vaya a ser que también quiera que les auditen sus cuentas por la venta de boings y gansitos.
Por lo pronto, la reacción natural de algunos involucrados, ha sido buscar entre personas ligadas al gobierno de López Obrador, a aquellas que por una u otra razón reciben recursos del Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología. Por supuesto, la defensa sería legítima, si no fuera porque la han cargado de misoginia.
La primera en recibir insultos fuera de toda proporción, fue la doctora Beatriz Gutiérrez Müller. Su propio esposo, el presidente López Obrador, los dio a conocer en la conferencia matutina de Palacio Nacional, al presentar el tuit atribuido a un supuesto integrante del Sistema Nacional de Investigadores llamado Aldo Heriberto Aldrete del Valle.
Este sujeto aparece en dos cuentas de LinkedIn, una red social para contactos profesionales, en los que se ostenta como propietario de una “sc” (sic) llamada concptos (sic). Si lo que quiso decir fue Sociedad Civil, las siglas deben ser escritas en mayúsculas, y, tal vez haya querido darse una licencia de marca, pero la palabra que él pone en la página con la que se presenta ante clientes y socios potenciales, no existe en el diccionario, la más parecida sería conceptos. Así que no es él quien puede dar clases de ortografía.
Por otra parte, LinkedIn señala que ha sido propietario de esta empresa desde hace casi 25 años, pero solo tiene ¡4 contactos!, así que o es un fracaso como empresario o su perfil es falso.
Este sujeto que se expresa de Gutiérrez Müller, (autora de más de ocho libros registrados en Google Books) como “esa idiota que no sabe ni escribir una frase sin faltas de ortografía”, tampoco aparece en la página de la Secretaría de Educación Pública, en la que todas las cédulas profesionales obtenidas en México deben hacerse públicas.
En otra página de LinkedIn, donde Aldrete registra 101 contactos y se hace aparecer como egresado de medicina de la UNAM y DIERCTOR (sic) DE TOXICOLOGIA AMBIENTAL del IMSS, establece que lleva 13 años y 10 meses en el cargo. Bueno, ya lo único que le falta es que Enrique Graue le permita dar clases en postgrado, como lo hace con otro renombrado misógino y falso doctorado, Alfredo Jalife, como consta también en twitter.
Ante la ausencia de cédula profesional, e identificado Zapopan como su lugar de residencia, solo nos queda agregar que este es uno de los bastiones de CitizenGo, organización ligada a El Yunque, según ha comprobado el portal Wikileaks. (Aprovechando el tema Marcelo, ¿cuándo vas a cumplir con la orden presidencial de dar asilo humanitario a Julián Assange en México? Al menos infórmanos, si te es posible, cómo van las gestiones. Imagínate todo lo que aún nos pueda comentar sobre las alianzas de Calderón y Zavala, la guardería ABC, los nexos con el narco y todas esas cosas)
Pista número 2: Tres generaciones de mujeres con postgrado
¿Violó El Universal las leyes de protección de datos personales al revelar que la hija de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tenía una beca de Conacyt?
Antes de llegar al punto quiero recordarles que Paco Ignacio Taibo, tuvo al menos dos hijos: PIT2, como el mismo se hace llamar, y Benito, que son a la vez historiadores y literatos; Germán Dehesa tenía como orgullo de su mexicanidad a Juana Inés Dehesa, también escritora, cual orgullosa portadora del nombre de la décima musa; Juan Villoro, dramaturgo, es hijo del filósofo catalán Luis Villoro y de la sicoanalista yucateca Estela Ruiz Millán.
Yo mismo, permítaseme una vez más la falta de modestia, soy padre de una familia, estadísticamente poco frecuente, con tres hijos que estudiaron en la UNAM, uno a punto de terminar la maestría y otro a la mitad del doctorado. Estos dos últimos con beca del Conacyt, la cual obtuvieron sin más influencia que sus proyectos de comunicación. Yo mismo soy pasante de la licenciatura en historia, si accedo a la maestría solicitaré beca y si por mi edad me la niegan demandaré a la institución si me discrimina por la edad.
Entonces, qué tiene de raro que la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum tenga una hija con beca ¿Dónde está el influyentismo?
Ella es hija del químico Carlos Sheinbaum Yoselevitz, y de la bióloga Annie Pardo Cemo profesora emérita de la UNAM e investigadora emérita del Sistema Nacional de Investigadores. De la página que le ha construido la propia Universidad, tomo estos datos.
“Sus aportaciones científicas han sido plasmadas en más de 160 publicaciones arbitradas y 16 capítulos en libros, cuyo impacto se refleja en las más de 10 600 citas de las que han sido objeto; tiene publicados 28 artículos de docencia y política científica; además de haber coordinado un libro sobre los 80 años del posgrado en la UNAM y editado otro acerca de la fibrosis pulmonar”.
Todo esto ha sido intencionalmente ignorado por El Universal, Lozano Alarcón, la Revista Etcétera y varios más, al escandalizar en redes sociales porque la tercera universitaria con posgrado en la familia, tiene beca del Conacyt. Lo primero que hay que preguntarse es si no se violó la Ley de Protección de datos personales. Lo segundo, si es otra muestra de antisemitismo y discriminación cuyo combate, nunca me cansaré de repetirlo, es la base en la que se cimienta la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Hay una convergencia en las pistas uno y dos, vamos a la tercera.
Pista número 3. Cuando Brozo dejó de ser gracioso y se convirtió en monstruoso
La coulrofobia, es el miedo a los payasos. La misoginia ha dejado de ser un chiste y una de las razones para atacar al personaje de Víctor Trujillo, es que usaba a mujeres semidesnudas como atractivo visual de sus programas.
Trujillo es un actor originario de la colonia Portales de la Ciudad de México, que ha demostrado gran talento, hizo la voz de un monstruo simpático en una película de Disney. También caracterizó a un personaje monstruoso en teatro, el sobrevalorado y neurótico pintor Jackson Pollock.
Pero ahora Trujillo, ya no es ni siquiera Brozo, desde que trabaja para el pseudo medio de información Latin Us, se ha convertido en Pennywise, el payaso demoniaco creado como protagonista de la novela It de Stephen King.
Pulpos chupeteadores, decía Palillo, caracterizado como lumpen proletario para hablar en las carpas de la corrupción de los políticos y la policía; pero el personaje de Brozo, tenía sentido cuando aparecía en Imevisión, cuando con la miseria que había para los medios públicos tenían que improvisar vestuario con camisetas rotas. Ahora no hay congruencia con un personaje que viaja en helicóptero, renta camellos o camionetas blindadas.
Brozo no representa más a los desposeídos. Por el contrario, son ellos la principal base política de López Obrador, los que lo mantienen por encima del 70 por ciento de aprobación, algo que no pueden cambiar Brozo y Loret, aunque sea el único objetivo de Latin Us la empresa transnacional de carácter Trumpista (por el discurso afín a Donald Trumo), para la que trabajan en conjunto. Su desesperación ya es notable y su confiabilidad solo perdura entre quienes aún soportan a Chumel y creen que todavía es capaz de tomarle el pulso a la República.
La mayoría de las personas que hoy atacan al presidente López Obrador y su proyecto de apoyos económicos para campesinos, estudiantes o jóvenes en busca de un primer empleo, se parecen mucho en la vida real a la “Beba Galván”, otro personaje de Trujillo, que le vendría muy bien para ese propósito.
Pero ahora, cuando Brozo vocifera contra López Gatell, o contra Gas Bienestar (que por cierto ha funcionado de manera excelente, obligando al oligopolio de cinco familias distribuidoras a reducir los precios) da más miedo que risa, ya no es cómico, es más bien trágico y temible, tal y como Pennywise.
Lo dijimos hace unos meses y lo reafirmo ahora. Loret y Brozo igual que los mercenarios extranjeros que contratan para bombardear con drones, poblados de Jalisco y Michoacán, tienen la función de calentar la plaza. Aquí no se vale el argumento de que López Obrador polarizó primero. En los medios de comunicación tenemos deberes que superan a los de cualquier político e incluso cualquier presidente. Nuestra función es comunicar, esto significa hacer que un emisor sea receptor y viceversa.