EL ENEMIGO DE LAS INJUSTICIAS
Hacía más de medio año que Mocoman se había quedado desempleado. Ciudad corrupta volvía a vivir otra de sus épocas de oro. ¡Todo estaba muy caro!, pero a pesar de esto, los habitantes de este país mal parido seguían sus vidas como si nada.
Un día, el superhéroe, harto de vivir aquí decidió emigrar al vecino país: Ciudad de Drogadictos. Sin embargo él no sabía que un día tendría que volver a su país de origen.
Mocoman se había ido. No le había costado nada cruzar hacia el otro lado de la frontera, ¡porque era un superhéroe! Solamente le había bastado con pegar sus mocos sobre la barda de cemento y así escalar hasta brincar hacia el otro lado. -¡Bravo Mocoman!-
En ciudad de drogadictos la vida no era mejor. Si en ciudad corrupta solamente había estupidez y corrupción, pues aquí solamente había idiotez y drogadicción. Ah, ¡cómo amaban la droga! Tan es así que una guerra sangrienta se desató, y todo por culpa de un chaparro insignificante que todos decían que era un hombre súper poderoso, y quién sabe qué otras miles de estupideces más…
-Ah, ¡este mundo cada día está más loco! -se decía el superhéroe, con desgano y fastidio-. ¿Por qué los humanos se han vuelto muy imbéciles…?
Mocoman vivía en ciudad de drogadictos en calidad de indocumentado, y no imaginaba que muy pronto su seguridad se vería en peligro. No imaginaba que un hombre muy malvado llamado Cara de Culo Anaranjado, alias Copetito Rubio Ladelbarrio Nazi Mala Leche y Racista, vendría a convertirse en presidente de Estamos Unidos y Drogados. Pobrecito Mocoman… No imaginaba que este señor lo iba a llamar criminal, y quién sabe qué otras cosas más. -Ay, Mocoman. Tú te lo buscaste por abandonar ciudad corrupta, en donde aunque había pobreza, corrupción y estupidez, jamás te llamaron nada malo.-
-Qué me importa! -exclamó el superhéroe-. ¡Al menos aquí en Estamos Unidos y Drogados yo tengo una tele! En cambio en Ciudad Corrupta, los perros del gobierno ¡nunca quisieron regalarme una!
Mocoman pensaba en todas las cosas buenas que Estamos Unidos y Drogados le había dado. Y aunque aquí en este país él no había podido ejercer su profesión de superhéroe, al menos había logrado emplearse en una tienda de hamburguesas drogadas, ¡porque era bilingüe!
¡Faltaba más! Hablaba a la perfección el idioma oficial de Estamos Unidos y Drogados: El In-halar. Sniff, Sniff. Yesh, yesh.
-Toc, toc, toc.
El ruido sobre la puerta se escuchó tres veces. El superhéroe, que veía su amada tele en la sala, se levantó y fue corriendo a abrir. Y cuando lo hizo se quedó pasmado. Dos hombres vestidos de traje negro estaban frente a él.
-¿Aquí vive el señor Mocoman?
-Sí. Soy yo. ¿Qué se les ofrece? ¿Quién lo busca?
-Venimos del otro lado de la frontera. Nos manda el presidente de Ciudad Corrupta. ¿Podemos pasar?
Mocoman estaba muy asustado, cuando dejó pasar a estos tipos a su casa rentada. Pensó que lo venían a buscar porque habían descubierto que una vez se robó un refresco, porque tenía mucha sed, pero no dinero. Después de todo, era lo más lógico. Así funcionaban las leyes en Ciudad Corrupta. Tu si ibas a la carcel por robar un chicle, pero los políticos y ladrones de cuello blanco, ¡jamás! Ciudad Corrupta también pudo haberse llamado Ciudad Absurda.
-Señor Mocoman… Alguien nos informó de usted y de sus super poderes.
-No entiendo.
-Déjeme que le explique. Ciudad Corrupta necesita de su ayuda. Su presidente, el señorito Cara de Culo Imbécil Pobre Diablo del Copete
Gigantesco De Todos Los Santos y Demonios está en serios aprietos. ¡Todo el país lo está calumniando y…! ¡Necesita de su ayuda, urgentemente!
-Sigo sin entender.
-¡Señor Mocoman! ¡El gobierno necesita de sus servicios de superhéroe!
-¿Y para qué?
-Para derribar el muro que el presidente de Estamos Unidos y Drogados ha construido a lo largo de toda la frontera de Ciudad Corrupta.
-Sigo sin entender.
-Bueno… ¿Es que acaso usted también es imbécil como nosotros, o qué? Al parecer, todo eso que nos dijeron de que usted es una persona muy culta, ¡es pura mentira!
-No, ¡no lo es! Yo sí leo, ¡no como ustedes!
-Pues entonces díganos cuáles son los tres libros que han influenciado en su vida.
-¿Tres libros que me hayan marcado en la vida? ¿Y para qué lo quieren saber? ¡Esto a ustedes qué les importa!
-¡Nos importa mucho! Corroborar que usted no es un charlatán, ¡nos importa mucho! Así que, nos los dice, ¿sí o no? -Uno de los hombres sacó un tira hule con una piedrita, y apuntó al superheroe-.
-A ver… ¡es que ahora no me acuerdo! Ahora sí que me agarraron desprevenido. -Mocoman sudaba y sus manos le temblaban; se pasó su mano por su frente y se secó el sudor-.
-No hay problema. ¡Tómese todo el tiempo que quiera para recordarlo! Total que el muro puede esperar…
Mocoman siguió sentado en su sala con este par de imbéciles enviados desde Ciudad Corrupta. ¿Les habrá podido responder la pregunta de los tres libros…?
No se pierda el siguiente capítulo de esta super emocionante historia, que este pobre tonto que la escribe ya se le cansaron sus dedos, así que aquí le para, por ahora.
Mocoman es una historia muy cruda, más bien medio cocida, ¡y muy inspiradora! Mocoman es una historia basada en hechos reales…
¡MOCOMAN!
CONTINUARÁ….
ANTHONY SMART
Enero/02/2017